Ningún país logra desarrollar sus potencialidades generadoras de riqueza y bienestar para sus habitantes, sin contar con una plantilla de servicios públicos primarios de primera calidad. En términos sociológicos, jamás podremos hablar de justicia social, mientras tengamos comunidades sin agua potable, sin cloacas, sin electricidad, sin drenajes, sin vialidad… estas omisiones de gobiernos y gobernantes, nos condenan al atraso y a la miseria más ruin como producto de un acto dantesco de desconocimiento de nuestros derechos humanos fundamentales establecidos en la Constitución Nacional. Como un acto criminal de «Lesa Humanidad» será catalogado por el juicio de la historia, la masificación de la injusticia social en Venezuela, impuesta por la inadecuada inversión de los recursos públicos, a partir de proyectos desarrollados por la ingeniería roja para llenar los bolsillos de las élites revolucionarias, mientras se condenaba al pueblo a las miserables condiciones de insalubridad y oscurantismo…
De toda crisis de servicios públicos y de toda necesidad ciudadana, la Ingeniería roja se ha encargado de desarrollar proyectos sobredimensionados exclusivamente para generar ganancias fuera del contexto ético. Basta pasar revista a algunos proyectos para entender la ingeniería roja como fuente de riqueza mal habida para la jerarquía revolucionaria: El plan ferroviario nacional, sobredimensionado con mega estructuras sobre puentes absolutamente innecesarios, concebidos solo para multiplicar los márgenes de corruptelas. El segundo puente sobre el Orinoco, obra desarrollada a un precio 10 veces superior al costo por metro lineal de puentes desarrollados en otros países. Los proyectos de plantas termoeléctricas, con negociaciones internacionales trianguladas desde La Habana, con costos obscenos que produjeron perdidas milmillonarias al estado venezolano. La gran Misión Vivienda, con proyectos llevados adelante sin planificación urbana de ninguna naturaleza, muchos de ellos desarrollados sobre la marcha para hacer demagogia política sin contar con servicios públicos primarios, a partir de contratos en dólares con países amigos de la revolución. El Sistema Hidráulico Yacambú-Quibor, convertido en la burla más grotesca que los larenses podamos recordar, su inauguración fue anunciada en tres ocasiones por el difunto Presidente y todavía, luego de 17 años y medio, no se ve agua en el horizonte cercano…
El país está lleno de proyectos abandonados, a medio andar, con estructuras de costos exorbitantes en comparación a otros países. Proyectos bien concebidos desde el punto de vista conceptual, pero que a la postre terminaron en burdos montajes de la Ingeniería roja para generar dinero sucio para los jerarcas del régimen…
Mis comentarios:
.- Es obvio que la ingeniería roja arrastra consigo a honorables colegas que ejercen la profesión con un sentido ético y profesional…
.- El Colegio de Ingenieros de Venezuela, luego que se restituya el estado de derecho, tendrá que hacer una auditoría a todos estos monumentos a la corrupción roja.
.- Las plantas de tratamiento de aguas servidas. Yacambú. La termoeléctrica Argimiro Gabaldón. La Universidad Bolivariana. El colapso de las cloacas en Cují – Tamaca. Duaca sin agua. La matriz norte. Las torres de El Sisal. Son solo algunas muestras de la Ingeniería roja en Lara…
Como pasa el torbellino así desaparece el impío, más el justo quedará cimentado para siempre…(Proverbios 10:25)