El ojo del escorpión – En caída libre

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En el país existe la sensación de la proximidad de un catastrofe de ribetes espectaculares. Que nos deslizamos peligrosamente por quebrachos que nos conducen al peor de los abismos. Que nuestras desdichas son nimiedades, para lo que nos espera, de continuar este régimen. Es como si Venezuela pagara la culpa de haberse equivocado al llevar a esta jauria al gobierno. Una tragedia que nos obliga a cargar sobre nuestros hombros, los pedazos de nación que han desperdigado con ardor militante y revolucionario; sus acciones son la pesadilla en medio de la desazón que genera tanta orfandad de buenos propósitos. Una inhumana y pródiga cadena de errores; alienta el monumental fracaso de una visión absolutamente primitiva de asomarse a las realidades sociales, que convergen en el mundo moderno. Hemos retrocedido doscientos años para auspiciar proyectos totalitarios que fueron rechazados por pueblos aventajados. Este régimen recogió de las mazmorras del miedo al socialismo real para mostrarlo como novedad, su interés por transformarnos en una nación con una sola idea les trastocó el alma. Como ensalmando al dinasaurio cavernario trajeron en bovedas de cristal la doctrina muerta, la feligresía de ultratumba se encargó de promoverla entre los salmos que hablaban de la redención de los débiles, aprovecharon a estos para manipular a Venezuela hasta hacerla caer. Disfrutaron de una renta petrolera incomparable para alimentar su proceso con la mentiras del oprobio. Su fortaleza la daban sus colosales recursos para comprar la conciencia de muchos incautos.

El problema de estos regímenes es que siempre terminan en caída libre. No tienen ningún tipo de mecanismo que amaine su brusco rodar al abismo, al ser idelogías que no comprenden las reglas de la convivencia ciudadana cuando caen terminan aplastados sin posibilidad de resurgir. Eso es lo que está ocurriendo en Venezuela con este gobierno. Es tal el grado de podredumbre que su muerte se acelera con el paso de los días. Vemos como los problemas se van multiplicando de manera asombrosa, no existe sector del país que no esté envuelto en una crisis profunda.

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La caída libre va arrastrando tanta promesas que fueron alimento de la ilusión de muchos que domesticaron su necesidad para creerles a estos bribones. Llevaron el hambre hasta el limite de lo imposible, para soñar con un destino mejor que jamás tocó su puerta. Ese futuro esperanzador se fue quedando en las palabras rociadas de falsedad. La necesidad se instaló en la casa esperando que las promesas se hicieran realidad; lamentablemente esas expectativas terminaron en el ataúd que guarda los restos del proyecto chavista, olor a muerte de flores disecadas que perdieron la vida de tanto esperar el crecimiento económico. El vil asesinato del ahnelo por lograr el deseado mundo mejor. En el soplo de la calle se siente un ambiente tenso con olor a funeral. Es el gobierno revolucionario muriéndose en cada corazón que acompañó esta locura. Seguramente uno de las peores experiencias de este desastre sea el vil engaño del que fue objeto tanta gente buena, confiaron en una salida que terminó conduciéndonos al infierno. Un país en ruinas es la prueba irrefutable del error que cometieron al sufragar por ellos, ese instante en donde millones se hicieron mayoria concluyente nos hundió hasta lo profundo, nos queda el exorcismo para evitar que los demonios vuelvan…

alexandercambero@hotmailcom
@alecambero

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