Otro crimen, esta vez de una adolescente de 14 años, enluta a una familia larense. La juventud, las amistades, andar bien arreglada y salir era lo suyo. No había a quien no saludara la menor de dos hermanas, residenciada en el sector 4 del barrio Los Pocitos, al oeste de la ciudad, en la parroquia Juan de Villegas.
En plena adolescencia, conocida como la etapa de la rebeldía, la joven desobedecía las normas del hogar, además había dejado de estudiar cuando cursaba primer año de bachillerato. Simplemente decidió no asistir más, cuenta su madre Yoly Subero.
Por más consejos que le daba su madre y su padre, ella no les hacía caso y decía que no andaba en nada malo.
“Salía, no pedía permiso, no decía nada”, comenta la señora Subero quien tenía toda su cara hinchada de tanto llorar.
A un lado está el señor Arnaldo López, el padre de la joven, quien comenta que toda la semana habían estado planeando un paseo en familia para una piscina en El Coreano, precisamente para celebrar el Día del Padre. Pero todos los planes se suspendieron cuando supo que su hija, quien salió a las 10:30 de la mañana del sábado, no aparecía aún en la noche.
Fuertes rumores sobre la muerte de una muchacha en La Apostoleña le llegaron a López y con la esperanza de que no fuese su hija, se trasladó hasta el lugar. Unas personas conocidas le indicaron que se trataba de la joven, que había sido localizada en el sector 3, en el cerro El Tanque, de La Apostoleña.
López subió y allí estaba el cuerpo de su hija, vestía unas bermudas de cuadro, cargaba una franelilla blanca, con un top negro, medias y chancletas, ropa con la que había salido. Presentaba múltiples heridas ocasionada por arma blanca en el cuello.
“No dejaron que la agarrará, ni que me le acercará bien”, expresa López en medio de su dolor.
Ninguno de los padres sabe que pudo haber pasado, aseguran no haberla visto salir con nadie, además dijeron que la adolescente no tenía novio.
“Allá nadie me quiso decir nada y no he podido hablar con sus amigos, porque he estado ocupado con los papeles”, aseguraba el padre de la joven en las afueras de la morgue. La familia contó que nunca habían perdido a un ser querido de forma violenta.
Por ahora el Eje de Homicidios del Cicpc maneja el caso como una venganza, sin descartar móvil alguno porque la investigación está en su fase inicial.
Con la muerte de está adolescente son 22 las mujeres que han perdido la vida de forma violenta en Lara en lo que va de 2016.