Como un disparate considera el diputado Edgar Zambrano, de la banca de la Unidad por el estado Lara, la declaración de Nelson Moreno, gobernador de Anzoátegui, al anunciar que acusará al presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, de instigar el odio y delinquir en los hechos de violencia y saqueos en aquella entidad.
Toda acción destinada a destruir la independencia del Poder Legislativo y buscar desprestigiar a la Asamblea Nacional, evidentemente, no tendrá ningún efecto porque los parlamentarios de la Unidad Democrática han sido los primeros en pedirle a la población que conserve los principios democráticos y, por supuesto, evitar hechos violentos.
La oposición no tiene colectivos armados ni desarmados, no dispone de ninguna unidad para la agitación, ni tampoco individuos que se dediquen a actividades delictivas, porque esas no son prácticas de los partidos democráticos que hacen causa común en la Mesa de la Unidad Democrática.
Quien sí ha armado a los llamados colectivos, que operan en cualquier sitio y a cualquier hora es precisamente el Gobierno, que los considera como el brazo armado de la revolución según confesión de sus propios dirigentes políticos.
Desde hace tiempo han sido permanentes las amenazas proferidas por el Presidente de la República y del propio PSUV contra el presidente de la Asamblea Nacional y los parlamentarios demócratas.
Pero todo lo que se busca es el amedrentamiento y la generación del terrorismo sicológico contra quienes hemos mantenido una conducta firme de defensa del sistema democrático y apegados al texto constitucional.
Todas las actuaciones de la Asamblea Nacional han sido desarrolladas en base a principios sólidos de respeto a la democracia, motivo por el cual no nos preocupan las amenazas que puedan hacer y seguir haciendo.
Los problemas de la crisis no han sido generados por la Unidad, sino por un gobierno que sabe que una vez aplicado el Referendo Revocatorio quedará revocado el Presidente de la República.