“En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos. Recordarle que también tiene deberes y responsabilidades es un acto de valor que no corresponde exclusivamente a los políticos”. Mahatma Gandhi
Tal vez si estuviese vivo aquel hombrecillo de figura esquelética que logro ser el Alma Grande de la India, si pudiese le advertiría que, a mi manera de pensar, la situación en Venezuela… ¡es peor!
Aquel país trabajador orgulloso de nuestros ancestros, a quienes tratábamos de imitar, el populismo, con su prédica irracionalmente inverosímil, prácticamente lo ha exterminado. Todo parece indicar que sólo queda un rezago de la grandeza que con su sangre, trabajo, esfuerzo, tesón y perseverancia, logró nuestra ascendencia.
De manera extrema se ha cambiado derechos por privilegios que violan o irrespetan la Constitución Nacional, las leyes, y sus reglamentos con prácticas inconsistentes a través de una justicia cuestionable desde todo punto de vista; creando la anarquía que nos ha conducido al toque de queda impuesto por el hampa, al saqueo irracional, al desabastecimiento creado por la destrucción del aparato productivo cuando éramos una nación en pleno y pujante desarrollo, aun cuando el petróleo estaba en 7 dólares por barril.
Todo lo que se denomina éxito, bienestar, trabajo productivo, ha sido exterminado o amenazado y se ha pretendido achacar el fracaso a una inexistente Guerra Económica que ha tenido un solo bando: El sector que populisó (de populismo) la conculcación del Derecho Humano fundamental de la propiedadcon aquel grito espeluznante de: ¡Exprópiese!
Todo parece indicar que las acciones vandálicas generadas en los últimos días, que se pretenden justificar con el hambre entre la población, forman parte de un libreto de una de la mejores películas de terror salidas de la industria cinematográfica hollywoodense pero, sus escenas son reales, solamente que están restringidas por la presunta censura alos medios periodísticos y sólo se dan a conocer por medios alternativos, que en gran parte tergiversan la información. Esas acciones inducidas “presumo que” podrían ser parte de un juego macabro de violencia, que para algunos representa el ganar ganar.
Si ganan, en ese juego macabro, se enquistan en el poder; si pierden se convierten en víctimas con posibilidades de indultos y de retorno.
Seguro estoy que la profunda crisis, que está desolando la nación, no ha sido peor por la inmensa capacidad de resistencia que tenemos los ciudadanos venezolanos, apegados a nuestros genes ancestrales de libertad y democracia; de solidaridad y especial condición de seres racionales inmensamente pacíficos; a la capacidad y capacitación lograda a través de la educación originada en la tan desprestigiada renta petrolera por qué, de buena parte de los ingresos que ella ha generado se fundó la Venezuela moderna, se educaron sus ciudadanos y se cubrieron elementales necesidades, la otra parte ha sido saqueada, despilfarrada o malbaratada por delincuentes de cuello blanco y… de cuello rojo.
Organizaciones como la “Red de Instituciones Larenses son ejemplo vivo de “ocupación”, más allá de la preocupación; del indestructible espíritu de colaboración que llevamos en nuestra sangre impulsándonos a trabajar por la colectividad y el país, aportando soluciones; asumiendo responsabilidades sin tener la autoridad necesaria para corregir las inmensas distorsiones que destruyen la economía afectando a nuestra sociedad.