Orlando, con su clima soleado y sus parques de atracciones que tuvieron 65 millones de visitantes en 2015, vive una semana infernal tras la masacre que le costó la vida a 49 personas y la muerte de un niño atrapado por un cocodrilo, que hacen temer por su impacto en el turismo.
Por lo común, las hordas de turistas que toman la ruta dejando el aeropuerto de esta ciudad del sureste de Estados Unidos, no piensan en otra cosa que en el traje de Mickey y en la decoración de los cuentos de hadas que verán en los parques.
Pero tras la masacre del domingo en la discoteca gay, los carteles luminosos ubicados a lo largo de los caminos devuelven a los visitantes a la realidad. «Recemos por nuestra ciudad», advierten las señales.
La masacre del domingo, el peor ataque perpetuado en el mundo contra la comunidad homosexual, fue precedido el viernes por el asesinato de la cantante Christina Grimmie. Y el miércoles, Orlando fue nuevamente escenario de otro drama: la muerte de un niño de dos años atacado por un cocodrilo en un lago de un parque de Disney World.
Según la Asociación profesional VisitOrlando, la ciudad es una de las más visitadas de Estados Unidos. El año pasado, recibió 65 millones de turistas. Pero al menos por un corto período, esta pomposa cifra debería ser afectada a la baja, según los expertos.
«Esperamos una disminución del número de turistas, en particular de turistas extranjeros», estimó Abraham Pizam, decano en la Universidad Central Florida de Orlando.
Con 49 muertos y 53 heridos, la masacre del domingo en una discoteca gay, cometida por un hombre que habría expresado su lealtad al grupo yihadista Estado Islámico, es el peor atentado en suelo estadounidense luego del 11 de setiembre de 2001.
«La gente viene del mundo entero para divertirse» a Orlando, recordó el alcalde de la ciudad, Buddy Dyer, en una vigilia en honor a las víctimas, el día siguiente al ataque.
Seguridad reforzada
En los parques de diversiones la seguridad fue reforzada para tranquilizar a los visitantes.
Las medidas empleadas involucran perros, detectores de metales y procesos menos visibles, en los que se recurre a técnicas de seguridad de última generación, dijo un portavoz de Disney.
El jefe de la policía de Orlando, John Mina, afirmó a la AFP que sus equipos habían reforzado su presencia en la ciudad, sin dar más detalles sobre ese operativo.
Ante las puertas del «Magic Kingsom», el mítico parque temático de Disney, Jay Pierce, originario de Indiana, afirmó que habría cancelado su estadía familiar si se hubiera registrado un ataque en el complejo Disney.
«Es difícil poner su vida en suspenso», comentó Lynette Deian, otra turista que vino de Illinois.
En total, la ciudad cuenta con una docena de parques de atracciones.
Para los 2,3 millones de habitantes de Orlando, este turismo representa algo muy importante: 100.000 puestos de trabajo y, unicamente para los parques de atracciones, las ganancias anuales van de 11.000 a 12.000 millones de dólares.
De este modo, incluso si cae de forma limitada la asistencia tras la matanza, las perdidas serán importantes, estimó Pizam.
«Aquí, 10% (de los visitantes) representan seis millones de personas y 1% representa 600.000 personas», dijo Pizam a la AFP explicando que se trata de cifras importantes