Pedro Navarro es padre de familia y es el único sustento de su hogar que está conformado por sus cuatro hijos y su esposa. De lunes a viernes se levanta y va a su trabajo, pero cuando llega el fin de semana toma su bicicleta y se dirige al Mercado Mayorista de Barquisimeto (Mercabar).
En el lugar se encarga de buscar en los basureros algunas frutas o vegetales que hayan sido desechados por estar algo dañados; lo que resulta ser desperdicio para unos, para otros puede significar parte del alimento de la semana para otros.
“Yo trabajo cada día, pero con un sueldo mínimo no se puede vivir. La semana de trabajo alcanza para cuatro artículos apenas”, dijo Navarro, quien además expresó su constante mortificación por no lograr encontrar siquiera lo básico para vivir.
Los productos regulados dejan de ser una opción para muchos trabajadores, pues las grandes colas muchas veces ameritan ausentarse del trabajo hasta por días, si se quiere comprar a un precio económico.
“Esta situación provoca es llorar, ver cómo la gente está pasando hambre en los barrios, se está ahogado de tantos problemas”.
Navarro no solo se encarga de buscar algunos alimentos para su familia, su noble corazón también hace que contribuya con algunos vecinos. “Uno los ve sin nada y yo les digo que vengan para acá, pero no pueden pagar un taxi y yo lo hago es en bicicleta, así que cada vez que puedo le regalo tomate, cebolla, lo que haya podido conseguir”.
Ante tan grave problema, expresó que esto se debe a la corrupción que hay en el país; en todos los sectores se puede observar cómo se busca un beneficio individual y no colectivo, lo que lleva a la colectividad a vivir momentos tan críticos como los actuales, evidenciándose como cada día aumentan las protestas por el hambre que se tiene.
Durante el recorrido por el equipo reporteril de EL IMPULSO, un señor también se acercó para dar a conocer que se encarga de trasladar a personas desde zonas humildes hacia Mercabar en búsqueda de comida desechada.
La necesidad del pueblo está teniendo una gran notoriedad y a pesar de alzar sus voces exigiendo lo que por derecho les corresponde, estos han sido maltratados por quienes deberían defenderlos, generando un mayor caos.
Calma luego de la tormenta
El día sábado la Central Cooperativa de Servicios Sociales de Lara (Cecosesola) sufrió intento de saqueo en dos de sus instalaciones (Barrio Unión y Ruiz Pineda).
“La gente estaba muy alborotada, estaban vendiendo pasta y aceite pero no llegó a pasar nada”, aseguraron los trabajadores del lugar, quienes además aseveraron que en caso de que se suscite algún hecho de este tipo, es muy probable que se convierta en una tragedia debido a la gran cantidad de personas y la desesperación de estas para conseguir alimentos.
Ayer ambos recintos se mostraron en calma, los compradores mantuvieron la compostura. Se hizo un llamado a tener resguardo de parte de efectivos de seguridad para evitar saqueos.