Asesinos de Yelibet y Krisneidy podrían pertenecer a su círculo de amigos

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Eran amigas desde el liceo, se graduaron juntas de bachillerato y desde hace un año y medio Yelibet Andrea González Carrillo, de 20 años y Krisneidy Franny Perozo Perozo, de 19, vivían en una residencia en la avenida Venezuela con calle 38, según afirman sus familiares.

Las jóvenes fueron asesinadas de un disparo en la cabeza, minutos antes de las 10:00 de la noche de este sábado en la vía principal de Las Tunitas, parroquia Tamaca, norte de Barquisimeto.

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En el sitio, aseguran que unos hombres las bajaron de un carro y les dispararon.
Sus parientes se enteraron el domingo en la mañana.

Yelibet es hija de un militar

Desde los 17 años se fue de casa, quiso indenpendizarse pronto, se ganaba la vida como comerciante.

A los 18 años quedó embarazada y volvió a casa de su mamá, Yelitza González, pero año y medio después, se fue a una residencia y encomendó el cuidado de su hija a una abuela. “Ella trabajaba y todos los días visitaba a la niña, no la abandonó”, aseguró la progenitora de la víctima.

Dijo que el sábado en la mañana Yelibeth fue víctima de un atraco, le quitaron la cartera y se llevaron la cédula en la entrada de Las Casitas, en El Cují.

Luego estuvo con su mamá hasta el final de la tarde, “no conversamos nada en particular, estaba tranquila, como siempre”.

En la noche Yelibet le mandó un mensaje a su mamá en donde le dijo que no iba a salir y le pidió la bendición. Eso fue lo último que supo de su hija.

Por su parte, Carlos Guédez, padre de Yelibet es un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana, dijo que desconocía lo sucedido, ni siquiera se explicaba qué hacían las jóvenes en Las Tunitas.

Se supo que el militar presuntamente habría admitido a los detectives del Cicpc que su hija tenía malas amistades y alguna vez estuvo involucrada en problemas.

Krisneidy fue una adolescente rebelde

La familia de Krisneidy Perozo tampoco se explica por qué la asesinaron. Estaban consternados, todavía no lo asimilaban.

Ella a pesar que dejó su casa a los 17 años, se mantenía en contacto con sus familiares. La última vez que ellos la vieron fue el viernes.

Según Xiomara Perozo, tía de la víctima, la madre de Krisneidy le ayudaba a pagar la residencia y también sus estudios de Administración en el Iutirla, donde cursaba el cuarto semestre.

Recientemente colocó un puesto de venta de jugos de naranja cerca del Estadio Antonio Herrera Gutiérrez.

La tía admitió que iniciando la adolescencia, su sobrina tuvo una época de rebeldía, pero “ahora era una muchacha normal, nunca estuvo detenida ni nada”.

Kris tampoco manifestó haber sido amenazada por alguien.

Averiguaciones

Efectivos del Cicpc ya iniciaron las investigaciones, ayer nuevamente acudieron al sitio del suceso para interrogar a testigos presenciales y referenciales del crimen.

Todo indica que las jóvenes conocían a sus victimarios y tratan de averiguar si Yelibet y Kris estaban conectadas a una banda delictiva.

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