Para monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, quien vino el fin de semana a Cabudare, “no se puede ocultar que el país vive una situación de crisis que hace más urgente la necesidad de entendimiento porque la primera función que tiene toda autoridad es el bienestar de la población y para ello debe saber escuchar y sentir el clamor del pueblo y de quienes son sus dirigentes”.
Agregó que se debe dejar de lado todo discurso incendiario que lo único que trae consigo es fanatismo, irracionalidad y violencia y así no se le puede encontrar solución a los graves problemas de desabastecimiento de alimentos, medicamentos y seguridad que estamos confrontando.
Dijo que las políticas económicas oficiales son excluyentes e inadecuadas para el momento y las posibilidades que tiene el país.
“Cada día son más las personas de cualquier edad registrando en las bolsas de basura por no tener que comer y eso es un llamado que nos tiener que mover”, afirmó.
-¿Qué está haciendo la Iglesia ante el Gobierno para remediar esa situación?
-Hemos tratado de hacerlo pero las posturas y la impunidad existente con estos grupos colectivos, violentos ante cualquier manifestación para el reclamo del derecho, hasta para ir a cualquier oficina pública no han permitido mejoras, respondió.
Al ser consultada su opinión sobre la ola de saqueos ocurrentes en el país, expresó que es la punta del iceberg de una situación que tiene una causa, unas políticas económicas erradas.
También consideró negativa la distribución de comida a través de los CLAP al señalar que allí hay discriminación, porque primero, o sólo se le da a quienes están censados como partidarios de ellos, pero no pueden aplaudirse los saqueos, producto de unas causas claras que llevan a la desesperación.
Con relación a la posición del CNE de abierta parcialización hacia el gobierno, afirmó que con ello se pretende dividir al pueblo venezolano, “pero no podemos dejarnos caer por el abismo, manteniendo la serenidad, calma y racionalidad, con constancias para que se respete el ordenamiento legal”.
-¿No está perdiendo el pueblo la calma?
-Creo que sí, pero lo que no puede ser es que se convierta en una arriada indetenible porque lo que traerá es más muertes y mayor represión y en esto la dirigencia tiene una gran responsabilidad encausando esto de la manera más racional posible y el gobierno encontrar una salida que no pase simplemente por matarnos los unos a los otros.