Michel Platini supuso que ensanchar la Eurocopa de fútbol era una jugada maestra. Por un lado, el incremento de 16 a 24 selecciones fue visto como la recompensa que daba el dirigente francés a las naciones menos poderosas del continente por haberle respaldado para ganar la presidencia de la UEFA en 2007.
El otro trasfondo fue puramente comercial. Más partidos y una nueva fase de octavos de final aseguran más ingresos por los derechos de televisión.
Por esas ironías de la vida, el cerebro de la gran mutación del campeonato europeo de selección ha quedado marginado del torneo.
Platini tuvo que renunciar a la presidencia luego que el Tribunal de Arbitraje Deportivo sólo redujo de seis a cuatro años la suspensión del francés por haber recibido dos millones de francos suizos de la FIFA en 2011. El dinero era un salario adicional no estipulado en su contrato por trabajar como asesor de Joseph Blatter, el presidente del organismo, entre 1999 y 2002.
Este maratón futbolero -51 partidos a lo largo de 31 días- dista mucho al anterior campeonato europeo albergado por Francia, en 1984. Con Platini como figura en la cancha, el anfitrión se alzó con el título.
La décimo quinta edición del torneo arranca hoy con Francia enfrentándose a Rumania en el estadio nacional situado en Saint-Denis, suburbio al norte de París.
El nuevo formato
Si hay algo que siempre caracterizó a la Eurocopa fue que garantizaba partidos emocionantes y atractivos al convocar a lo más granado del fútbol europeo. Pero no ha dejado de crecer. Subió a ocho equipos en 1980, pasó a 16 en 1986 y ahora alcanza los 24.
Albania, Gales, Eslovaquia, Islandia e Irlanda del Norte participarán por primera vez en el torneo. Algunos dirán que son selecciones sin jerarquía y de vocación defensiva que pueden devaluar la calidad del espectáculo.
Durante las eliminatorias, Gales encajó cuatro goles en 10 partidos, Albania cinco e Islandia seis. Rumania, por ejemplo, tuvo la mejor defensa en las eliminatorias con una campaña en la que mantuvo su arco imbatido en ocho de sus 10 partidos.
Especular resultará más tentador ahora que cuatro de los seis mejores terceros avanzan a la fase de octavos. El contragolpe será un recurso habitual.
A priori, el Grupo D es el que promete un fútbol vertical. Ahí aparecen la bicampeona vigente España, Croacia, Turquía y la República Checa.
Los favoritos
España, la campeona mundial Alemania y la anfitriona Francia cargan con las etiquetas de favoritas. Son las selecciones con más títulos en la historia del torneo. España y Alemania suman tres por cabeza, seguidas por Francia con dos.
Otros aspirantes
Bélgica se fue debiendo del Mundial de Brasil, en el que sucumbió mansamente ante Argentina en cuartos de final. Pero el ensamblado “inglés” del equipo dirigido por Marc Wilmots llega con un elevado potencial técnico.
Esta Eurocopa puede ser el marco para una gesta memorable por parte de Eden Hazard, Kevin De Bruyne, Romel Lukaku y Thibaut Courtois, todos curtidos en la Liga Premier.
Arropándose en la figura del astro Cristiano Ronaldo, Portugal pretende meterse entre los protagonistas, al igual que una renovada Inglaterra y una Italia que le apuesta a su despliegue colectivo.