Un grito unísono se escuchó por parte de los representantes de las universidades del país, quienes ayer iniciaron con acciones de calle el paro de 48 horas, para expresar el rechazo hacia el 54% de aumento decretado por el ministro de educación superior, Jorge Arreaza.
“El gobierno cree que somos sus enemigos”, aseguró Eduardo Mendoza, en representación del gremio docente de la UPEL. Y es que los profesores han sido los más golpeados a las violaciones que aseguran se ha cometido por parte del patrono, realizando aumentos que no corresponden, para pretender así no otorgar el pago que ameritan los formadores del futuro del país.
Prima por antigüedad y el HCM son algunos de los beneficios que no perciben los educadores. “Al parecer hay trabajadores de primera y otros de segunda”, ha sido una de las denuncias realizadas en reiteradas oportunidades por delegados de la educación. Aunque obreros y administrativos puedan recibir ciertos privilegios, estos no dudan en acompañar a los profesores en su lucha y en continuar exigiendo que se reivindique la labor de los empleados universitarios.
Durante la actividad de calle desarrollada en la avenida Rotaria, los protestantes aseguraron que se mantienen en sus respectivas instituciones por la ética y mística que los define. “Condiciones infrahumanas”, fue la descripción usada para hacer referencia a cómo se encuentran las universidades, las cuales perciben un presupuesto muy bajo para su funcionamiento.
La motivación económica es algo irrelevante, señalando que gran parte del sueldo que devengan se va en cosas tan sencillas como el transporte que usan a diario, o en la compra de escasos alimentos que no logran abastecerlos ni por una semana.
Las exigencias de los trabajadores universitarios siguen firmes: activar la cláusula de contingencia, cumplir los acuerdos a los que se llegaron con el anterior ministro Manuel Fernández, cumplimiento de la Contratación Colectiva, aumento salarial, mejora en las casas de estudio; entre otras.
“El bachaqueo está desangrando nuestro sueldo. Estamos en la calle no solo por el salario, también por la universidad, para rescatar el transporte, comedor y becas que los estudiantes están perdiendo”, dijo Honorio Castillo, representante del sindicato obrero de la UCLA.
Por esta razón los diferentes gremios hicieron un llamado a los estudiantes a unirse a este tipo de actividades. “No se quiere el cierre de la universidad, precisamente por esto se debe hacer presión. Se están dejando quitar las cosas”, indicaron.
Los universitarios por su parte respondieron que “muchas veces no se ha tenido el apoyo de parte de los profesores, son pocos los que han cedido su espacio para realizar asambleas”. La Unexpo mostró actividad en algunas carreras, debido a que el paro quedó a consideración de cada profesor, siendo acatado en 70%.