El alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, inauguró este domingo los primeros tramos de un nuevo tren en el centro de la ciudad, en medio de una manifestación contraria a la organización de los Juegos Olímpicos y del gobierno interino de Brasil.
El tren ligero (VLT por sus siglas en portugués) recorrerá en total 28 kilómetros del centro y la zona portuaria de Rio, que el 5 de agosto recibirá los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica.
El tren representa un «esfuerzo de movilidad, inspirado por la Olimpíada. Podríamos hacer los Juegos sin el VLT, pero aprovechamos este momento para mejorar el centro de la ciudad», afirmó Paes durante la inauguración, en la que fue abucheado por decenas de manifestantes que lo tildaron de «golpista», de acuerdo con medios locales.
La protesta fue convocada por seguidores del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), de la suspendida mandataria de Brasil Dilma Rousseff, cuyo lugar ocupa interinamente su vicepresidente Michel Temer, a la espera de la resolución del juicio de destitución que se tramita en el Congreso.
«Somos contrarios a este proyecto de ciudad y al volumen de recursos que se gastó invirtiendo el orden de las prioridades», se quejó la manifestante Gisele Tanaka citada por el periódico local o Estado de Sao Paulo.
«El VLT atiende a una parte pequeña de la sociedad, la mayoría de la población usa trenes viejos», añadió.
La inauguración este domingo del primer trecho contó con música a bordo: célebres ‘sambistas’ de la ciudad animaron el primer viaje, que recorrió unas 8 de las 17 paradas que tendrá el recorrido cuando la obra esté concluida en agosto.
Durante el primer mes, el tren operará durante tres horas por día de forma gratuita. A partir de julio, comenzará a funcionar comercialmente, 24 horas por día, con un costo de 3,80 reales (alrededor de un dólar). De acuerdo con la Alcaldía, el VLT podrá transportar hasta 330.000 pasajeros cada jornada.
En medio de una profunda crisis económica y política, Brasil corre contrarreloj para llegar a tiempo con el transporte de la ciudad sede de los Juegos, que proyectó nuevas líneas de metro y buses expresos.
La resolución del polémico proceso de impeachment contra Rousseff -acusada de adulterar las cuentas públicas- todavía no tiene una fecha definida, pero se teme que podría coincidir con el megaevento deportivo.