Vistos los cuatro partidos amistosos disputados y la hora cercana de enfrentar a Jamaica en el primer partido de la Copa América Centenario en Estados Unidos, el seleccionado venezolano lo encara con mejor perfil en referencia a lo sucedido en los encuentros disputados de las eliminatorias a Rusia 2018 cuando no había un norte definido en las diversas formaciones presentadas, que, lamentablemente con saldo de cuatro derrotas deja al descubierto todo lo sucedido.
Poco a poco, en los cuatro ensayos solicitados por el nuevo seleccionador, Rafael Dudamel, ha habido pasos en firme.
La paridad ante Guatemala la noche del miércoles no refleja lo sucedido en cancha cuando la Vinotinto mantuvo el dominio de la esférica, aunque las imprecisiones, la falta de tino en la puntada final no le permitieron abultar el marcador, y, cuando se vio en desventaja, víctima de una de una desatención defensiva, tuvo la capacidad de respuesta necesaria para conseguir la igualada y querer más.
Veamos.
La presencia de Tomás Rincón juntado con Arquímedes Figueroa creó la capacidad de aguante que se necesita para un partido de fuste. Pero hay más y es que no solamente está el cortar los circuitos ofensivos del enemigo, sino que también se tenga solvencia al momento del traslado, del empuje hacia las franjas enemigas como primer paso en el intento de alimentar la artillería criolla.
La aparición de Luis Manuel Seijas, volante mixto y curtido en topes de gran calado en el concierto internacional dio más solvencia al sector medular. Al juntarse (Seijas) con Alejandro Guerra, nuevas propuestas, mejor manejo y, por lo tanto, arriba, Juan Pablo Añor y Salomón Rondón podían pisar con propiedad los senderos del arco chapín, como sucedió en varias oportunidades, salvo que, como se dijo en líneas anteriores, se falló en la puntería, aunque justo es reconocer que el andamiaje defensivo, esa maraña dispuesta por el técnico de Guatemala, Walter Claveri, funcionaba casi a la perfección.
En la línea de ataque, Juan Pablo Añor, quien pide presencia casi obligada por lo demostrado ante Costa Rica y Panamá, estuvo en estrecha comunicación con la línea de volantes y al menor descuido de la zaga rival, pases al vacío en provecho de los movimientos y la contundencia de Rondón.
Así, poco a poco, Dudamel empieza a tejer, bordar lo que puede ser el nuevo rostro de la Vinotinto, siendo la Copa América Centenario un excelente escenario para, como él mismo lo dijo “lavarle el rostro” y hasta donde sea posible, crear nuevas ilusiones, a futuro, porque el paso más inmediato, eliminatorias a Rusia 2018, parece más que un imposible.
En su proceso, esbozado sobre la marcha, Dudamel, ducho también en el manejo de los medios de comunicación al haber sido parte de él en varias ocasiones, tiene sus aciertos.
Frente a Galicia, en el empate (1-1), ronda de medios
posterior al partido dejó entrever su “satisfacción” con la línea defensiva pese a los estragos de los minutos iniciales.
Ante Panamá, otro empate (0-0) y al final, nuevos elogios a la defensa y preocupación por la línea medular. Claro está, los consagrados, aquellos a quienes se les exige más no estaban todavía incorporados.
Posteriormente, frente a Costa Rica, pese a que se perdió, mejor desempeño y la línea de volantes con la incorporación de Rincón empezó a crecer en fútbol y confianza. Dudamel, con mucho tino señaló al final que pretendía tener “mejor pisada” en el área rival y a fe cierta que lo consiguió ante Guatemala al que dominó en casi todos los aspectos.
Lo conseguido y lo demostrado permite encarar el futuro con más agallas y hasta ilusión la cual, con resultados positivos puede crecer a grandes pasos.
