Somos muchos por no decir todos los habitantes de este país, que estamos convencidos de haber conseguido un sitio para la esperanza y aprendido a no volver a caminar en lo oscuro.
Han sido muchos años en que la incertidumbre nos ha nublado los caminos, pero se ha mantenido la esperanza; por ello hemos pagado un alto precio y aprendido a pensar mejor, a abrir más los ojos y ser selectivos a la hora de elegir, que no haya arrepentimiento y no seamos contribuyentes del mal que se le pueda causar a muchos ciudadanos haciéndolos pagar justos por pecadores, pagando errores que no han cometido por haber seguido a alguien que jamás cumplió lo que prometió. Una cosa es lo que dicen y otra es lo que hacen sin ruborizarse pensando que lo están haciendo muy bien. Esto es lo que no debe hacer ningún líder. Un líder debe destacarse por su seriedad y ganarse así el respeto de sus seguidores, no jugar con el sentimiento y el criterio de quien lo apoyó.
El día en que esto se cumpla los problemas serán minimizados y la confianza será la base de las inspiraciones y la creatividad; cada quien a lo suyo respetando y haciéndose respetar, confiando en que si usted eligió su candidato es porque le llamó la atención lo que prometió, por ejemplo: yo escogí mi candidato porque es un gran bailador de joropo, por ello lo admiro y resulta que después sale que es un gran bailador de cumbia o merengue. Ahí empieza a perder la simpatía y la confianza. Es como lo que ha pasado aquí y en otras partes, que hacen esos cambios tan radicales y lo peor es que lo hacen para mal. En nada se parece a lo prometido, creyéndose dueños y señores de todo lo que es y lo que no es, disponiendo lo de los demás tipo Robín Hood. Deben darse cuenta del daño y el dolor que esto causa.
Ojala que los daños y golpes recibidos en todos los ámbitos y sentidos sirvan en el futuro para ignorar a todo aquel que pisotea el aprecio que se le ha dado y la dignidad de quien ha sido su admirador, quien le brindó confianza y respeto; que se den cuenta que hay que mantenerse lejos de las personas insensibles, de corazón duro, de sentimientos y almas vacías. Por ello debemos estar claros en lo que queremos hacer y conquistar, yo diría por el bien todos sin excepción, sin discriminación. Todos somos hijos de Dios y aspiramos a que más temprano que tarde nos deseemos el bien unos a otros. En nuestro país hay gente buena y algunos mal aconsejados, pero pronto habrá una rectificación sin odios, ni rencores, todos en paz.
Lenin, decía que «quien le brinda apoyo moral o material a una ideología totalitaria lo único que hace es entregar la soga con la que él mismo sería ahorcado». Tiene un parecido con nuestra crisis, ¿verdad? Cayeron unos pocos por inocentes o ambiciosos y los demás por omisión; por ello he dicho que hemos conseguido un sitio a la esperanza, aprendamos a no correr en la oscuridad. La razón y la pasión deben juntos a la hora de formalizar acuerdos, cuidarse mucho de un refrán ingles que dice que «no existe honor entre ladrones», de eso líbranos señor.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país……
