La oposición en Venezuela espera este jueves el aval de las autoridades electorales para avanzar en el engorroso y largo camino hacia un referendo revocatorio contra el mandato del presidente Nicolás Maduro, a quien culpan de las penurias que padece el país.
Representantes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se reunirán con el Consejo Nacional Electoral (CNE), que le dará el informe de la revisión de 1,8 millones de firmas -nueve veces lo requerido- que le entregaron hace un mes para activar el referendo.
El vicepresidente del Parlamento de mayoría opositora, Enrique Márquez, dijo esperar que el CNE, al que acusan de servir al chavismo, confirme como válidas el mínimo solicitado de 200.000 firmas para seguir con el proceso de validación con la huella dactilar.
Márquez advirtió que si el referendo no se hace este año «se elevaría la presión social a límites insospechados». «Es la única válvula de escape que tiene el pueblo venezolano frente al sufrimiento que atraviesa», afirmó.
Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis política, institucional, social y económica, con grave escasez de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).
Largas filas, vigiladas por la policía militarizada, se forman en los supermercados para comprar alimentos subsidiados. «Esto es duro, estamos sobreviviendo. Yo no firmé por el referendo, pero a la hora de votar, decidiré», dijo a la AFP Virginia Lobos, administradora de 65 años, en el barrio popular de Petare, en el este de Caracas.
¡Abrieron los cementerios!
La oposición acusa al CNE de hacer todo para evitar que el referendo sea este año, mientras que el gobierno asegura que la oposición «en su desesperación» hizo fraude y hasta puso las firmas de 10.000 fallecidos. «¡Abrieron los cementerios!», dijo jocosamente Maduro.
«Entregamos 1029% más de firmas de las solicitadas. ¡No hay excusas, hasta en el peor escenario tenemos seis veces más de lo que el CNE exigía!», afirmó el opositor Carlos Ocariz, alcalde del municipio Sucre, en el estado Miranda.
En caso de que sea exitosa la validación de las primeras firmas, para llegar a la convocatoria del referendo la oposición deberá todavía reunir otras cuatro millones de rúbricas (20% del padrón electoral), que también deben ser validadas con la huella dactilar.
La oposición está apurada. Si el referendo se hace antes de 2017 -cuando se cumplen cuatro años del mandato- y Maduro lo pierde, se debe llamar a elecciones. Si ocurre el próximo año, sería sustituido por el vicepresidente, quien fue nombrado por el gobernante.
Según la encuestadora Datanálisis, siete de cada diez venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar el mandato de Maduro, se necesitan más de los 7,5 millones de votos con que fue elegido en abril de 2013.
Diálogo y OEA
En medio de la presión por el referendo, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una declaración en apoyo a un diálogo entre el gobierno y la oposición, que impulsa una comisión de expresidentes a instancias de Unasur, para hallar una salida a la crisis venezolana.
El gobierno venezolano recibió como una «victoria» la declaración, en la que su delegación logró incluir una mención para que las iniciativas de mediación sean en «pleno respeto a la soberanía» del país suramericano.
La oposición venezolana ha pedido a la OEA la activación de la Carta Democrática, un mecanismo que se aplica en caso de ruptura del orden constitucional y que invocó el secretario general del organismo, Luis Almagro, al convocar el miércoles a una sesión urgente.
Para Maduro, la oposición está buscando con sus gestiones ante la OEA una intervención de Estados Unidos en Venezuela, por lo que llamó a movilizaciones masivas de sus seguidores en los próximos días.
Con este panorama de polarización extrema, un diálogo parece muy difícil. No obstante, optimista, el titular de la Unasur, el exmandatario colombiano Ernesto Samper, dijo el martes a la AFP en París que la próxima semana habrá una «nueva reunión», tras una celebrada con delegaciones por separado en República Dominicana la semana pasada.
Samper no descartó que ésta vez sea cara a cara. Maduro asegura que el gobierno se mantendrá en la mesa de diálogo, pero la oposición considera que para que ese proceso sea verdadero debe destrabar el proceso para activar el referendo revocatorio.