“Esto no puede ser; ya uno no puede trabajar porque casi todos los días nos cierran la carretera. La semana pasada fueron cinco veces y esta ya van dos”.
Así lo declaraba este martes Daniel Aldana, conductor de una de las unidades del transporte colectivo que cubren la ruta Duaca-Barquisimeto, mientras esperaba pacientementre la reapertura de la vía, cerrada desde las primeras horas de la mañana, en el sector Rastrojitos.
Allí, gran cantidad de mujeres y hombres realizaba una protesta colocando las bombonas vacías de gas doméstico que, según afirmaron, no se las renovaban desde hacía cerca de dos meses.
En la protesta participaban, no sólo habitantes de Rastrojitos sino también de otras comunidades, como José Gregorio 1 y 2.
“Uno está quedando ciega por estar cocinando con leña que recogemos del monte por la irresponsabilidad de quienes deben traernos el gas”, dijo Flor de María Orozco, una vecina de la tercera edad, mientras esperaba con un cilindro vacío la llegada del camión con los llenos.
También denunció el engaño de que están siendo víctimas por parte de los o las chavistas que dirigen el consejo comunal y están encargados de la repartición de las bolsas de comida.
“Nos hacen llenar planillas y más planillas para las bolsas, pero nunca llegan; no sabemos a quienes se las dan porque la mayoría no las recibe”, puntualizó.
Raquel Rivero, por su parte, informó que unas 300 familias están afectadas por la mala distribución del combustible casero.
“Ya estamos cansadas de que nos engañen conque, ya les mandamos el camión, pero nunca llega”, afirmó.
Álvaro Silva, otro de los vecinos, denunció que como no les llega el gas con normalidad, se ven obligados a comprarlo en el mercado negro, a precios de especulación, hasta en 600 bolívares la bombona pequeña.
“A eso hay que agregar que otros artículos de primera necesidad también nos los están vendiendo a precios exagerados, como el paquetico de harina para arerpas a 1.600 y el de pasta a 1.300 bolívares.
El cierre de la vía se prolongó hasta cerca del mediodía cuando los viajeros pudieron continuar hacia Duaca o Barquisimeto, con el temor de que hoy la encuentren cerrada una vez más, en ese u otro sitio, por protestas por falta de gas, bolsas de comida o agua.