La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) confirmó el martes que la selección albiceleste se presentará en la inminente Copa América Centenario de Estados Unidos, después que dirigentes de esa entidad pusieran en duda su presencia.
«Yo no voy a renunciar y la selección no se volverá de los Estados Unidos», declaró el presidente de la AFA, Luis Segura, en una sorpresiva conferencia de prensa en esa institución en la capital argentina. «Vine a hablar con ustedes para terminar con todos estos rumores».
La selección que capitanea Lionel Messi y que debutará el lunes ante Chile quedó atrapada en una lucha de poder en la AFA que le es ajeno.
En sector de la dirigencia de la AFA se puso en pie de guerra porque un ente estatal decidió la noche del lunes intervenir en sus decisiones, suspendiendo entre otras medidas las elecciones del 30 de junio para elegir nuevo presidente.
«Ojalá se destrabe esta situación para el bien del fútbol», agregó Segura, sobre quien se decía antes de la reunión que había presentado la renuncia a su cargo.
El dirigente dijo que por ahora no se pensaba enviar ningún comunicado a la FIFA advirtiendo sobre la situación, porque la «AFA no está intervenida, ni nadie nos saca de la FIFA».
El comité ejecutivo de la AFA se reunía este martes y según su secretario Damián Dupiellet se analizarían estas posibilidades: «Presentar un recurso de amparo por la intervención, traer de vuelta a la selección desde los Estados Unidos y suspender los torneos de ascenso», destacó el dirigente a radio La Red.
Pero las palabras de Segura dieron por descartada que la selección se retire del torneo que comienza el viernes.
La AFA, en un comunicado oficial, solo recordó que analizaría la situación esta noche. Claro que no todos los dirigentes de AFA estarían de acuerdo con tomar medidas extremas que afecten a la selección.
La Inspección General de Justicia (IGJ), brazo del ministerio de Justicia, decidió suspender las elecciones en AFA para suceder a Segura por presuntas «irregularidades administrativas», y además designó a dos veedores para controlar a la institución durante 90 días.
«Nosotros entendemos que esta medida interrumpe un proceso electoral y se lo haremos saber a la Conmebol y a la FIFA para que manifiesten lo que corresponda de acuerdo a los estatutos», dijo Dupiellet.
Para la AFA, esas medidas avasallan su autonomía y viola los estatutos de la FIFA, que en sus normas remarca que «penará» injerencias o intervenciones.
«Esperemos que esta intromisión, que atenta contra AFA y los clubes, no genere consecuencias para el fútbol argentino dentro de FIFA», dijo a TyC Sports Claudio Tapia, presidente de la delegación argentina en Estados Unidos, mandamás de Barracas Central y uno de los aspirantes a presidir la AFA.
La FIFA se limitó a decir que monitorea «de acerca el asunto relativo a la AFA». Un vocero del organismo dijo en Zúrich que no comentarían más al respecto.
El trasfondo de todo esto es una pulseada por el poder en la AFA entre dos bandos.
Uno lo encabeza el ala dura que sería mayoría y que encabeza el presidente de Independiente, Hugo Moyano, y el otro lo tiene a Boca Juniors y River Plate con el apoyo público del gobierno del actual mandatario Mauricio Macri.
Macri conoce al dedo el mundo del fútbol por haber sido exitoso presidente de Boca, y es muy cercano al actual presidente del club, Daniel Angelici, uno de los principales opositores de Moyano.
Uno de los propósitos de la intervención de la IGJ sería evitar que Moyano se convierta en nuevo presidente de AFA. El líder de Independiente favorece el status quo, con una AFA bajo sospecha por presunta corrupción y clubes en crisis rogando vender al exterior a sus figuras para restañar las arcas.
Moyano es un dirigente sindical de fuste, líder del poderoso gremio de los camioneros, firme candidato a ganar las elecciones suspendidas para presidente de AFA y quien no ve con buenos ojos los cambios de fondo que alientan los dirigentes apoyados por el gobierno.
Los renovadores en AFA entre otras cosas proponen una liga similar a España, sin la injerencia directa de la AFA sobre la liga, algo que según ellos mejoraría la situación económica de las instituciones, agrandaría el listado de auspiciantes y establecería una distribución de recursos más igualitario.
Los duros se resisten a esos cambios porque entienden que amenazan la competitividad de los clubes más pequeños, y al parecer porque dirigentes enrolados en ese sector perderían privilegios.
Al gobierno también le incomodaría que el manejo del fútbol, el entretenimiento más popular de los argentinos, quede en manos de un opositor que al mismo tiempo tiene extrema gravitación en las decisiones sindicales.
La AFA debía elegir nuevo presidente en diciembre pasado, pero todo terminó en un bochorno cuando hubo más votos que votantes. Moyano no se presentó entonces, pero se postuló ahora y todo parecía indicar que sería el ganador de la contienda.
«Macri jugó fuerte al saber que Moyano se quedaba con la AFA», analizó el martes el deportivo Olé. «Dice que no habrá costo político porque la sociedad cree que en la AFA son todos ladrones».
La AFA está siendo investigada por el presunto manejo irregular de millones de dólares que el estado le giró en los últimos años por los derechos de televisión de la liga. Por ese tema están imputados varios dirigentes, entre ellos Segura, y ex funcionarios del anterior gobierno de la presidenta Cristina Fernández (2007-2015).
Esa investigación afecta básicamente a la conducción de su ex presidente Julio Grondona, fallecido en julio de 2014 y quien durante 35 años gobernó con mano dura a la institución.
Desde la desaparición de Grondona, la AFA vive en permanentes conflictos.