El gobierno no cree en la existencia de una emergencia económica; de hacerlo estaría ocupándose de sus causas, no de sus consecuencias, ajustando algunos precios, limitando a los empresarios en la obtención de las divisas, mientras merman los inventarios y se reducen las posibilidades de aumentar la producción.
Así lo advierte la presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, Cipriana Ramos, al fijar posición en torno al Decreto de Excepción, advirtiendo que esta falla en la producción incide en los 30 millones de consumidores. El gobierno considera que lo resolverá con la creación de los Comités Locales de Abastecimiento Productivo (CLAP), pero cada día se observa la necesidad y la pobreza y el hambre que estamos viviendo los venezolanos.
-Cuando hablo de necesidad, pobreza y el hambre, es un llamado a la sensibilización de todos nosotros, que somos los que tenemos que acompañar a nuestros trabajadores, ayudarlos y apoyarlos-, afirmó.
Asegura Consecomercio que el contenido del Decreto no refleja lo que el país necesita para superar cada una de las crisis que vive actualmente: económica, social, política, cultural y moral.
Advierte Consecomercio que lo ocurrido durante los primeros meses de la Emergencia Económica se repetirá en el segundo: la población seguirá recibiendo promesas de medidas y soluciones que no las habrá. Tampoco se resolverá la escasez de medicinas, alimentos, repuestos, ni habrá servicios públicos de calidad en electricidad, agua, seguridad, educación, por citar algunos casos.
Ramos asegura que el problema de la escasez no se debe a la distribución sino a la falta de producción, advirtiendo que en Venezuela la economía es una actividad intervenida totalmente por el Estado, y es el gobierno el que se favorece libre y discrecionalmente de dicha potestad. Bastaría con suponer qué sucedería sí, además, la distribución de todo lo que aún se produce en el territorio pasara a depender exclusivamente del Estado.
Recordó que el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social reveló que en lo que va del 2016 en el país se han producido 350 actos violentos por falta de comida.
Además los ciudadanos al pasar muchas horas en largas colas sin encontrar los alimentos, están pasando de la impotencia a la violencia, porque sencillamente están perdiendo la paciencia.