Siete ponencias sobre la producción de fertilizantes, biocontroladores, repelentes naturales y otros insumos conformaron el Encuentro de Técnicas de Producción de Bioinsumos celebrado en La Flor de Barquisimeto.
Actividad promulgada como un espacio para el intercambio de saberes en la producción de insumos agrícolas de origen biológico (también conocidos como bioinsumos), en el encuentro organizado por la Fundación Misión Árbol.
En el espacio se compartieron y difundieron diversas técnicas de la materia, en donde participaron ponentes especializados, hasta saberes ancestrales del pueblo campesino, indígena y americano.
La presidenta de la Misión Árbol y de la Compañía Nacional de Reforestación (Conare), Osly Hernández, indicó que dicha actividad se llevó a cabo con el fin de empezar a democratizar los conocimientos que están tanto en el área académica como en el saber popular, los cuales permiten que el control o cuidado de los cultivos que se está promoviendo a través del primer motor de la economía, se puedan concretar con criterios ecológicos sustentables.
Razón por la cual convocaron a un grupo de tecnólogos y maestros que trabajan con técnicas como biocontroladores.
La directora resaltó la eficiencia y efectividad del humus de lombriz frente a los agrotóxicos en materia de nutrición de plantas.
“Algunos de los datos que plantean los compañeros es que con la mitad del humus de lombriz se pueden nutrir plantas sin requerir el uso de un agrotóxico tradicional. Así mismo no necesitamos esterilizar los espacios en donde vamos a producir porque matamos microorganismos que son necesarios para las raíces”.
En la actividad fueron mostrados un gran número de elementos útiles para quienes quieren producir o estén aprendiendo para incorporarse como productores; sobre todo con estrategias que permitan una independencia del mercado del agro negocio.
Por otro lado, Misión Árbol no ha descuidado la tarea en materia de cuencas hidrográficas y la producción de especies forestales y frutales. “Se ha renovado la intención de suplir la agroforestería como práctica en la recuperación de bosques en lugares donde hay cuencas hidrográficas, con criterio de producción de plantas forestales y vegetales.
La incorporación del frutal a su vez permite a primera instancia que haya más biodiversidad y que otras especies puedan alimentarse de ese bosque, además las comunidades aledañas a las cuencas se beneficiarán económicamente de estos árboles, lo que permite que los habitantes también cuiden el bosque. “Cuidando los frutos, cuidamos el bosque y cuidamos el agua”.
La actividad fue ejercida como una antesala del decimo aniversario de la Misión Árbol el cual se celebra desde ayer, 28 de mayo.
Yajaira Salazar, coordinadora de Innovación de la Fundación Misión Árbol, quien dio una charla sobre los biofertilizantes, específicamente sobre las baterías promotoras de crecimiento, indicó que buscan que sean utilizados porque los estudios agroecológicos han reconocido que los agrotóxicos producen un gran número de enfermedades y daños al ambiente.
Por su parte, el ponente Francisco Lau, encargado de una plantación en el Valle del Tuy, explicó la importancia y el uso que se le debe dar al abono orgánico dentro del país a manera de aprovechar los residuos orgánicos biodegradables para transformarlo y utilizarlo en el desarrollo urbano y rural.
Coordinadores del Bosque Macuto acompañaron la actividad promoviendo charlas y capacitaciones en su espacio sobre lombricultura, elaboración de abono orgánico y jardines.
“Algunas personas dentro del marco de los 100 días de agricultura urbana han tenido muchas dudas de cómo realizar los huertos debidamente. La idea de estas actividades es que podamos conocer las técnicas para cuidar ese cultivo en el cual ya nos motivamos y que ese cuido sea ecológico y sustentable al encontrarnos con quienes poseen el saber y seguir regando como semillas el talento venezolano”, expresó Osly Hernández.