SpaceX logró aterrizar el viernes otro cohete, el tercero en apenas dos meses.
El propulsor del cohete no tripulado Falcón se posó en posición vertical sobre una barcaza a 400 millas de la costa de Florida, ocho minutos después de su despegue a última hora de la tarde. Las cámaras de la barcaza registraron impresionantes imágenes un vivo del proceso.
«Falcón 9 ha aterrizado!», exclamó el comentarista de vuelo de SpaceX.
El aterrizaje se produjo después de que el cohete lanzara un satélite de comunicaciones asiático. Como en el anterior aterrizaje con éxito, éste resultó especialmente difícil por la velocidad y el calor del propulsor, que tiene un tamaño similar a un edificio de 15 pisos.
El fundador y director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, indicó en Twitter que la velocidad del aterrizaje estuvo cerca del máximo que admite el diseño, lo que provocó un movimiento de vaivén. Por motivos de seguridad, no había nadie en la barcaza en el momento del aterrizaje.
La compañía logró su primer aterrizaje en diciembre, en tierra y en la base aérea de Cabo Cañaveral. La firma de California realizó después un aterrizaje exitoso en su plataforma flotante en el Atlántico a primeros de abril, y de nuevo el 6 de mayo. Sus tres cohetes recuperados están ahora juntos, colocados de lado, en un hangar de SpaceX. El segundo cohete recuperado será analizado y debería volar en otra misión este año.
Musk quiere reciclar los cohetes para reducir el coste de los lanzamientos y abrir el espacio a más envíos y personas. Estos cohetes de primer impulso suelen descartarse en el océano. SpaceX es la única compañía que ha logrado aterrizar estos módulos tras misiones orbitales.
La NASA es un gran cliente de la compañía. SpaceX transporta mercancías a la Estación Espacial Internacional y espera llevar también astronautas para final del año que viene.
Un fallo en el sistema de motores impidió el despegue del cohete el jueves.