Los habitantes de Bobare y otros sectores de la parroquia Águedo Felipe Alvarado sentirán un gran alivio a partir de mañana domingo cuando se ponga en servicio el nuevo acueducto que les permitirá recibir directamente el agua que por años le ha sido escasa.
Corresponderá al gobernador Henri Falcón, en compañía del presidente de Hidrolara, Pedro Sánchez y otras autoridades regionales y municipales, encabezar el acto en el que, simbólicamente, se abrirá la llave para que brote el chorro de agua que alegrará a los 30 mil habitantes de la parroquia.
El presidente de la hidrológica informó que los dos pozos perforados en una hacienda de las inmediaciones del sector Tierra de Loza generarán 20 litros por segundo que serán almacenados en un tanque de cerca de un millón de litros, desde donde serán bombeados a través de 4.100 metros de tuberías de polietileno, de 6 y 8 pulgadas, hacia los consumidores.
Destacó Sánchez la colaboración prestada por dos dueños de fincas que cedieron terrenos para la perforación de los pozos.
Igualmente anunció el llenado durante el fin de semana del tanque ubicado en La Puerta de Bobare, que nunca había sido puesto en servicio, el cual fue recuperado por la empresa.
Garantizó la pureza del agua a ser suministrada con la instalación filtros purificadores para eliminar la poca salinidad que presenta.
En total, dijo, la gobernación ha invertido 200 millones de bolívares en en las obras.
El agua en Bobare
Luis Alfredo Gil, cronista de la parroquia Águedo Felipe Alvarado, recordó que el último acueducto del que dispusieron fue construido entre 1969 y 70, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, con un pozo en el sector Las Mulas, pero apenas duró un año pues el acuífero se agotó.
Luego se iniciaron las gestiones para recibir el líquido vital de la aducción de El Tostao, procedente de Dos Cerritos, tubería inaugurada el 25 de octubre de 1975, pero debido a que nunca hubo control sobre la misma, en poco tiempo Bobare volvió a quedar sin el suministro debido a numerosas tomas clandestinas desde Pavia.
Gil espera que no ocurra lo mismo en esta oportunidad y el agua del nuevo acueducto vaya exclusivamente a las casas de familias y establecimientos comerciales de la población.
Igualmente sugirió no dejar de seguir auxiliando con cisternas a las comunidades que no disponen de tuberías.
Dolores Giménez, quien llegó a la población hace más de 70 años, procedente del campo, recuerda que los primeros pozos de agua estuvieron en los sectores Mama Vieja y La Totuma, e igualmente memoriza el de los Zavarce.
También recuerda a un personaje conocido como “El Padrecito”, que, cuando comenzó a llegar agua procedente de Dos Cerritos, pregonaba: “Si no se avispan, Pavia les va a quitar el agua”.
“Y eso ocurrió. Esperemos que con el nuevo acueducto el agua no la cojan para regar siembras”, afirmó.
