Mánchester y la liga inglesa serán los escenarios del reencuentro de los entrenadores Josep Guardiola y José Mourinho, cuya enemistad hizo saltar chispas en la liga española.
El primero estará al frente del Mánchester City y el segundo del Mánchester United. La ciudad no es tan grande como Londres, ni tiene la misma oferta de ocio, así que es posible que ambos se crucen en restaurantes, bares y supermercados.
La prensa y los aficionados ingleses se frotan las manos. No será la primera rivalidad semejante -Alex Ferguson/Arsene Wenger o Mourinho/Wenger-, pero sí la más prometedora desde la que mantuvieron, en los años 1970, Don Revie, entrenador del Leeds, y Brian Clough, que luego hizo al Nottingham Forest campeón de Europa.
En aquel duelo, Revie era más defensivo pero su carácter era parecido al de Guardiola, y Clough mezclaba la filosofía del catalán con el carácter volcánico del portugués.
«Si Guardiola es Mozart, Mourinho es Salieri», dijo una vez de ellos el exjugador argentino Jorge Valdano, que asistió a la etapa más encarnizada de la rivalidad entre ambos desde su antiguo puesto de director deportivo del Real Madrid.
Mourinho y Guardiola se conocieron en 1996, cuando el primero llegó al FC Barcelona del Oporto como traductor/ayudante del entrenador inglés Bobby Robson, y el catalán era el centrocampista que movía los hilos del equipo.
Se fue Robson y llegó el holandés Louis Van Gaal, y Mourinho siguió en el club.
«Decían que era el traductor. Mentira», recordó sobre su paso por el Barça el exjugador Xavi, en declaraciones a ESPN. «Era el ayudante del entrenador, alguien que entendía la filosofía del Barça y que compartía muchas características de Van Gaal. Era muy respetado por los jugadores».
«El puto amo»
Guardiola fue testigo del momento que alumbró el carácter del Mourinho entrenador. Fue el 24 de noviembre de 1996 en San Mamés, ante el Athlétic de Bilbao, en un partido que acabó con derrota del Barça por 2-1.
El técnico francés del Athlétic Bilbao, Luis Fernández, se fue furioso hacia Mourinho y el banco del Barça, y Guardiola le plantó cara y se lo reprochó.
Ya en la sala de prensa, Mourinho cargó contra Fernández de una manera que acabaría resultando familiar: «Luis Fernández ha hecho del partido una guerra de perros. Yo hablo de hombres, no de niños maleducados». Fernández respondió: «yo hablo con Robson, al segundo no lo conozco y no sé quien es».
Como Fernández le hizo a él, Mourinho se abalanzó un día sobre el segundo entrenador del Barça, Tito Vilanova, pero esta vez para meterle el dedo en el ojo.
Al término del partido, y pronunciando mal su nombre, declaró: «No tengo nada que comentar de Pito Vilanova. No conozco a ese señor».
Habían pasado los años, y el Real Madrid había contratado a Mourinho para acabar con la etapa más exitosa de la historia del Barça. El portugués venía de ganar la Champions League de 2010 con el Inter de Milán eliminando en semifinales al Barça.
Mourinho se convirtió en el enemigo público número uno del Barcelona y de Guardiola en aquella eliminatoria contra el Inter. «Figo puede volver tranquilo a Barcelona, ahora yo soy el enemigo», dijo al término de dos tensos partidos en que el arquero barcelonista Víctor Valdés acabó agarrándole por el cuello.
En el tiempo en que coincidieron en los banquillos españoles, Mourinho y su Real Madrid ganaron una Copa y una Liga, y Guardiola y el Barça una Champions, 2 ligas y una Copa del Rey.
«Josep Guardiola es un gran entrenador, pero ganó una Champions que a mí me daría vergüenza tener», lanzó Mourinho en medio de las semifinales de Champions que disputaron Real Madrid y Barcelona, con victoria final de los últimos.
«Mañana nos enfrentamos en el campo», respondió Guardiola en una explosiva conferencia de prensa. «Fuera del campo ya me ha ganado. Le regalo su Champions particular fuera del campo, que la disfrute y se la lleve a casa», señaló. «En esta sala él es el puto jefe, el puto amo y no quiero competir en ningún instante. Sólo le recuerdo que hemos estado junto cuatro años. Me conoce y le conozco».
La tensión entre Guardiola y Mourinho se trasladó al campo, los partidos Real Madrid-Barça fueron de una dureza nunca vista. Se cree que el episodio de Mourinho con Vilanova frenó la llegada del portugués al Mánchester United en 2013. La sentencia la pronunció la leyenda «red» Bobby Charlton: «un entrenador del Manchester United nunca haría eso».