Para recordar: “Los planes fracasan donde no hay consejo, pero con la multitud de consejeros prosperan” (Proverbios 15:22)
En cierta ocasión un loco, que se había escapado del manicomio, viendo a un cazador, el cual montaba un costoso caballo, junto a una jauría de selectos perros, le preguntó: ¿Cuánto vale la presa que persigue? Y el cazador contestó: “1 peso”. Y el “loco” (que no estaría tan desquiciado), le dijo: “Creo que sería mejor que usted se fuera para el manicomio, de donde yo salí y a mí se me permita irme para su casa” (Tomado y adaptado del libro, Ventanas abiertas, p.432).
El escapado del manicomio, cuestionó el sentido común del cazador y tal vez pensó: ¿Arriesgar un costoso caballo y una jauría de perros, tan solo por 1 peso?
Hace falta sentido común para actuar, estudiar, dirigir una casa, una escuela, un hospital, oficina o una iglesia; igual para manejar un vehículo o ser un piloto de aviones; realizar un trabajo cualquiera; o dirigir una nación. Y eso, con mucho respeto lo decimos: Es lo está haciendo falta en Venezuela, para salir de la crisis que tenemos.
Tal vez por esta situación, un ex presidente declaró: “N… está más loco que una cabra” y el aludido le contestó: “Estoy loco como una cabra sí…” (www.panorama.com.ve/…/VIDEO…) ¿Dónde está el sentido común con el uso del verbo?
Por su parte Marta Gerri, dice que el sentido común es un atributo. A su vez señala: “Es lo que la gente piensa a nivel general sobre un tema en particular. Es una forma de juzgar razonablemente las cosas, sin necesidad de que una determinada información esté comprobada científicamente…” (http://blog.psicoactiva.com/…).
El sabio Salomón, inspirado por Dios, escribió: “Los planes fracasan donde no hay consejo, pero con la multitud de consejeros prosperan” (ver texto inicial).
Para desarrollar un sentido común, entre otros aspectos están: 1) Consenso (consejos) de la mayoría. 2) Experiencias propias y extrañas. 3) Razonamiento intrínseco. 4) Humildad. 5) La ayuda o dirección divina, de la verdadera “Roca”, como se distingue a Dios, a Cristo (Deuteronomio 32:31; 1ª Corintios 10:4).
Dado el punto 5, Dios le había dicho a Moisés: “Porque son una nación privada de consejo, y no hay en ellos entendimiento.
¡Ojalá fueran sabios para comprender, para entender el fin que les espera! (Deuteronomio 32: 28,29).
Hay otros textos que apuntan al sentido común: “…en la multitud de consejeros está la victoria” (Proverbios 24:6); “Sin buen gobierno, la nación fracasa, pero en la multitud de consejeros hay seguridad” (Ídem, 11:14); “Más vale el joven pobre y sabio, que el rey viejo y fatuo que no admite consejo” (Eclesiastés 4:13).
Por la situación crítica, antes mencionada, que atraviesa Venezuela, esperamos que gobernantes o no, escuchen a Dios y a la mayoría.
En ese sentido Elena de White, escribió: “No pueden los hombres alejarse del consejo de Dios, y retener la calma ni la sabiduría necesaria para obrar con justicia y discreción. No hay locura tan temible, ni tan desesperada y fútil, como la que consiste en seguir el juicio humano, sin dirección de la sabiduría de Dios” (Patriarcas y profetas, cap. 62, p. 646).
Por todo, gobernantes y ciudadanos: Solicitemos a Dios, con denuedo, el sentido común necesario, para evitarle a nuestra
nación males mayores y poder salir de esta situación tan crucial.
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