Con el decreto de Emergencia Económica y Estado de Excepción, rechazado por la Asamblea Nacional por inconstitucional y autorizado ilegalmente por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, este gobierno pretende asustar a la población sacando a los cuerpos uniformados a la calle, movilizándolos por todas partes, pero ya al pueblo no lo asusta este gobierno hambreador, desnaturalizado y vil, que no sólo está condenando a la población a sufrir penurias en busca de alguno que otro producto de la dieta diaria, sino que está dejando morir a los pacientes por falta de medicamentos.
La declaración fue hecha por el diputado Filiberto Peña Canelón, del Consejo Legislativo del estado Lara, quien señaló que con decretos mal concebidos, que violentan la Constitución, y con declaraciones engañosas, pero que el común de la gente no les da crédito, el Ejecutivo Nacional trata de darse valor ante el miedo que tiene de ser revocado el Presidente Nicolás Maduro, porque está siendo rechazado por sus desafortunadas medidas económicas que lo que han producido es la parálisis del país.
Ni con decretos, ni mucho menos con el invento de que está en puertas un golpe militar con ejércitos fantasmas, ni mucho menos con una invasión extranjera, va a confundir a la gente que se está cansando de hacer interminables colas frente a los establecimientos donde supuestamente llegan los alimentos o en las farmacias, ya que como fue destruida la agricultura con las expropiaciones de fincas y también afectada la agroindustria que procesaba alimentos, éstos ya no se consiguen.
Es por ello que como ya está en proceso la solicitud del revocatorio, ahora Maduro, asustado porque sabe que no sólo ha hecho una pésima gestión, sino que ha permitido la mayor corrupción, el auge de la delincuencia que tiene como superpoderosos a los pranes que han sustituido el control del Estado sobre los penales, y además no hay posibillidades de importación, está latente el revocatorio al mandato del peor de los gobernantes que ha tenido Venezuela.
Ahora ha desatado una persecución política para atemorizar a quienes han firmado las planillas de solicitud del referendo, pero quienes lo han hecho no se atemorizan, sino que están dispuestos a volver a firmar y a seguir en la calle, porque ésta es el arma que tienen como demócratas. No las pistolas y otras armas que tienen los colectivos delincuentes que utiliza el Gobierno para amedrentar y agredir a la oposición. Los funcionarios hablan de violencia cuando son ellos los promotores.
