La inseguridad es uno de los mayores atropellos que constantemente golpea a quienes trabajan por brindarle el servicio de transporte a toda la colectividad; sin embargo entre los días viernes y sábado la situación dejó un saldo de 7 unidades robadas.
“La ciudad que estaba tomada por los cuerpos de seguridad del estado, lo que hacía pensar que no iban a ocurrir estos hechos; pero por el contrario, fueron más que otros días”, indicó Erick Zuleta, presidente de la Federación Nacional de Transporte.
Indignados se encontraba el gremio, por la situación que puso en riesgo, nuevamente, la vida de sus compañeros, pero lo que más destacaron fue el hecho de que aún habiendo alta presencia de efectivos de la Guardia Nacional, estos “no estuvieran al cuidado del pueblo, sino del gobierno”.
El robo de las busetas y demás autos ha incrementado en consecuencia de la deficiencia que se tiene en el país para conseguir cauchos y baterías, por lo que las mismas son secuestradas para desvalijarlas y luego son abandonas.
La delincuencia ha pasado a ser el “pan nuestro de cada día” para los transportistas, quienes destacaron que al menos 100 usuarios son robados diariamente por la situación que se ha vuelto cotidiana.
Los encuentros que se han tenido con importantes responsables de la seguridad nacional no han falta, pero los acuerdos de estos no se han llevado a cabo, por lo que la situación es cada vez más crítica.
“El comandante de la GN dijo que se establecerían mesas de seguridad, pero estas no se implementaron. Aquí hacen operativo un día y después se olvidan de todo”, dijo Zuleta quien dio plazo hasta la semana próxima para recibir soluciones concretas al problema, de lo contrario aseguró que se tomarán las acciones correspondientes, pues el problema ya es insoportable.
Una acotación importante realizada por los transportistas se refirió al posible incremento del combustible. Exhortaron al vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, a tomar en cuenta al sector automotor a la hora de tomar tal decisión.
Apoyo a desalojo
Con buenos ojos fue visto el despeje de las áreas públicas correspondientes a las adyacencias del terminal. Zuleta aseguró que la permanencia de dichos trabajadores en el lugar representan diversos riesgos, por lo cual es positivo que la alcaldía de Iribarren les haya ofrecido reubicarlos en un espacio acondicionado para sus funciones, en vez de obstruir la vía pública.
Asimismo señaló que aún quedan trabajos por hacer de ese tipo, especialmente en el interior del Terminal de Pasajeros, por lo que hizo un llamado a Luis Valencia, director de tal institución, para que se encargue del tema.
