A pesar de las dificultades que tiene la población para obtener alimentos y medicinas, la depauperación del salario, la inflación y demás problemas, no obstante haberle dado el voto castigo contra el gobierno, la oposición en estos momentos no tiene capacidad para asumir la conducción del país.
Esta es la opinión de Nicmer Evans, politólogo y sicólogo social, integrante de Marea Socialista, director de Visión 360 conductores, miembro del equipo del Centro de Estudios Miranda y analista político, quien vino a Barquisimeto para participar en las V Jornadas de Economía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y en un conversatorio en el Centro Gumilla.
El juego del engaño
-Las expectativas -dijo- que se tenían de la Asamblea Nacional han bajado 30 puntos, porque la oposición ha formulado ofertas que han terminado engañando a la gente.
Estamos confrontando a un gobierno que está pasando de rasgos autoritarios a la aplicación del autoritarismo. Los de la oposición trataron de acusar a Chávez de autoritario, de dictador, pero resulta ser que el quedó después de Chávez está aplicando medidas autoritarias. Anunciaron que eso iba a ser así, pero no estaban preparados.
Anunciaron la salida de Maduro en seis meses -aunque les queda un mes-, pero es evidente que no saldrá. Anunciaron que se iban a acabar las colas al ganar la Asamblea Nacional, pero no se acabaron esas colas.
La única propuesta
Han jugado con el engaño populista para ganar esas elecciones y es posible que hoy tengan propuestas para el país, pero las manejan debajo de la mesa, comentó. La única que tienen es la salida de Maduro; pero, no se debate en la posibilidad de pensar en un país en el día después de una supuesta salida de Maduro.
El día después
¿Qué vendrá ese día?
-Plantea el reto, de aquí a ese momento, la posibilidad de presentar una oferta de proyecto de país que se encarne en una figura política, sea quien sea, por cuanto no tenemos hoy el nombre, que debemos buscar tanto en personajes locales como nacionales. Tiene que ser una referencia alternativa de izquierda política que permita tener la posibilidad de ofrecer a la gente, fuera de la polarización, una cosa distinta.
El reconocimiento de las partes
-¿No cree que esa polarización se mantendrá?
-Hoy el 51 por ciento de la población venezolana no se identifica ni con la MUD ni con el PSUV, según estudios de la UCAB presentados el año pasado. Estudios más recientes indican que la popularidad de Chávez hoy es del 55 por ciento, revela Datanálisis.
Venebarómetro expresa que el 42 por ciento de la gente desea mantener el legado del Presidente Chávez, pero a su vez vemos que tenemos un 30 por ciento de la gente que deja de apoyar las políticas de la Asamblea Nacional.
El 18 por ciento solamente apoya la gestión de Maduro. 21 por ciento se define dentro del PSUV y los diversos partidos de la oposición no suman mas del 30 por ciento en cuanto a identificación y militancia, lo que quiere decir que hay un pedazo de país que está exigiendo la posibilidad de que haya una alternativa distinta, que reconozca al chavismo y también a la base de la oposición.
Que reconozca la necesidad de ponernos de acuerdo en algunos elementos y sobre eso poder replantear el camino de la reconstrucción del país.
Aspiración de la Marea
Pero, dijo Evans, eso implica en que se traduzca en un espacio organizativo que se mida en una propuesta y nosotros -dijo refiriéndose a Marea Socialista- tratamos de ser uno de esos referentes que permita acentuar ese proceso para ese sector que cada vez se distancia de la propuesta de la polarización.
El reparto
Por otra parte, a las cúpulas lo que les interesa es repartirse la renta petrolera. Siempre lo ha sido, pero hoy es mucho más dramático.
El diálogo no puede ser entre dos, sino más de dos, porque necesitamos que haya conversaciones transparentes, aunque no quiera decir con eso que todo deba ser público.
Pueden haber conversaciones privadas que después salgan a la luz en función de los resultados para la conveniencia del diálogo.
Reestructura la deuda
-¿Cómo espera que se pueda salir de esta crisis?
-Tenemos propuestas para salir de esta crisis coyuntural mediante soluciones a corto y mediano plazo.
Eso es posible mediante los recursos de que disponemos.
En este sentido conviene señalar que estamos pagando una deuda externa de 11 mil millones de dólares más o menos que es lo conocido, sin contar con la deuda que se paga por parte del Fondo Chino. Ya pagamos 4 mil millones por bonos.
Quedan restantes 7 mil millones que seguramente son viables de refinanciamiento, para disponer de recursos inmediatos que puedan satisfacer las necesidades de medicamentos, el drama más grave que marca la crisis humanitaria. Mientras, debe resolverse la reestructuración de la deuda aplicando las cláusulas en los contratos de los tenedores de bonos.
También ha llegado la hora de apelar a la solidaridad internacional con los países que han sido receptores de nuestros recursos a través de Petrocaribe, Alba, Unasur, incluso políticas de misiones de desarrollo con Mercosur.
Auditar el desfalco con las divisas
A mediano plazo se debe implementar una auditoría pública ciudadana, que permita detectar el desfalco que se ha producido con la asignación de divisas en el curso de los últimos 15 años.
Sobre el particular planteamos políticas de recuperación de capitales a través de procesos judiciales.
Recuperación de dólares
-¿Qué podría hacerse?
-Rescatar el 10 por ciento de los recursos que se han fugado del país, los cuales equivalen a 259 mil millones de dólares, más el descuadre de la caja de PDVSA, que está por el orden de los 215 mil millones de dólares. Si obtenemos el 10 por ciento en una recuperación podemos atacar los problemas coyunturales, por cuanto esa recuperación permitiría hacer reinver-siones en la estructura productiva de Venezuela.
Cerrar el grifo de regaladeras
Otro elemento a poner en práctica es el cierre del grifo de asignaciones de recursos en el área de la política internacional, especialmente en cuanto a donativos y préstamos.
En este aspecto es necesario revisar el convenio Cuba-Venezuela, el financiamiento de Petrocaribe, readecuar el apoyo al ALBA, en función de obtener recursos de manera inmediata.
-¿Es posible decirle a quienes tienen los dólares concedidos por el Gobierno, dame el 10 por ciento y te quedas con lo demás?
-No. Por supuesto, estoy hablando de políticas de corto y mediano plazo. Hay convenios suscritos por la República que nos dan la posibilidad de repatriar los capitales. Además, existe la posibilidad de incautación. De no haberse dolosamente asignados, no hubiese en Venezuela campañas publicitarias tan grandes por parte de inmobiliarias en Miami, Panamá y Colombia que invitan a los venezolanos a comprar propiedades en esos lugares. Y lo importante es que esos dólares todavía están en Venezuela.
Por otra parte, en base a convenios internacionales, existe la posibilidad de hacer una revisión de las cuentas de venezolanos fuera del país y saber el origen de las mismas.
-¿En cuánto tiempo podrían realizarse esas investigaciones y la recuperación del dinero?
Estamos hablando de un año.
Endeudarse con los chinos
-¿Esos plan-teamientos han sido hechos al Gobierno?
-Los estamos haciendo al pueblo venezolano. El Gobierno puede o no escucharlo, pero también es pueblo. Consideramos que hoy, lamentablemente, el Gobierno tiene poca voluntad de resolver los problemas, desde la perspectiva de la izquierda. Prefiere endeudarse con los chinos, a diferencia de la oposición que prefiere hacerlo con el Fondo Monetario Internacional.
-¿Cómo ve al Gobierno en este momento?
-Hay una inacción política, como consecuencia de la separación de Maduro de la visión política y del sujeto político, de las políticas de Chávez. Vemos una profunda incapacidad que llevan a que las políticas de Maduro terminen a que las cosas que generaron la burocracia, las pague el pueblo.