Los Cocodrilos de Caracas se aferraron al ataque de sus importados -55 puntos- y a una defensa intensa e incisiva -16 robos de pelota- para sacudirse dos derrotas previas y coronarse campeones de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) 2015-2016, por sexta vez en su historia, al dominar a Bucaneros de La Guaira, 86-69, en el séptimo juego de la serie final, cumplido en un repleto Parque Naciones Unidas.
Los saurios son justos campeones, tras haber dejado en el camino a rivales de la talla de Trotamundos de Carabobo (4-2), Guaros de Lara (4-0) y Bucaneros de La Guaira (4-3) en una postemporada de ensueño en la que llegaron a encadenar ocho triunfos y sus criollos fueron escuderos ideales con defensa, cestas oportunas y el cumplimiento de roles en alarde de baloncesto colectivo y unión.
La organización logra así su sexto título (1992, 2000, 2008, 2010, 2013 y 2015-16) y para Néstor “Mamá Osa” Salazar fue su cuarto (2008, 2010, 2013 y 2015-16), todos con los mismos colores. El oriundo de Yoco (Sucre), quien no se ha perdido una postemporada desde 2004 -12 al hilo- acumula cuatro coronas y cinco subcampeonatos, incluidos dos con Guaros de Lara (2005, 2006).
Cocodrilos abrió con Carl Elliott, Yochuar Palacios, César García, Wendell McKines y Anthony Mitchell y Bucaneros lo hizo con Jesús Centeno, John Cox, Justin Carter, Alex Oriakhi y el búlgaro Dejan Ivanov. Los anfitriones secaron a los del litoral en el primer parcial al limitarlos a diez puntos (18-10).
Los locales sacarían partido a cada segunda oportunidad (17 puntos en la noche), cada pérdida (29) o espacio para producir en la pintura (52) contra un Bucaneros que esta vez no tuvo capacidad de respuesta y se hundió en pérdidas (18), al punto de que marchaba atrás por 18 de diferencia al concluir la primera mitad (45-27).
McKines, en ruta a ser el Jugador Más Valioso de la serie final, había estado apagado en el juego anterior pero brilló en el tercer parcial, en el que a pesar de los rebotes y cestas de Oriakhi o la insistencia de Carter, Bucaneros sólo logró acercarse a 14 puntos (62-48). En los diez minutos finales y con señales claras de agotamiento de lado y lado, el intercambio de cestas sólo ayudó a los capitalinos a asegurar su cetro. Con poco más de 20 segundos por jugar y la pizarra 86-69, el público invadió la cancha y se decretó el final del choque.
“Para ser campeón había que jugar contra todos y lo hicimos. Todos fueron muy competitivos y grandes rivales pero nosotros somos un equipo con mucho corazón”, dijo Néstor Salazar tras el compromiso. “Esto es una familia. Esto es para todos los que dudaron de nosotros”, dijo por su lado Wendell McKines, el Jugador Más Valioso de la serie final.
“Nadie creía en nosotros, decían que no íbamos a clasificar a la siguiente ronda pero jugamos siempre con mucha humildad y corazón”, manifestó Yochuar Palacios. “Mi primer año como capitán y logro un título con Cocodrilos. Qué más le puedo pedir a esta bella vida que me ha dado el baloncesto”, aseveró sonriente César García. “Sabíamos que para ganar había que salir a jugar defensa y eso fue lo que hicimos para conseguir esta victoria”, afirmó por su parte Carl Elliott.
