Tras 1.417 kilómetros recorridos en nueve etapas desde la salida en Holanda, el Giro de Italia vivió este lunes su segundo día de descanso sin que se refleje una jerarquía clara en la clasificación general.
Ninguno de los a priori favoritos a vestir de rosa en la etapa final en Turín han dado todavía un golpe sobre la mesa. El italiano Vincenzo Nibali (5º en la general), y los españoles Alejandro Valverde (6º) y Mikel Landa (8º), por citar sólo a los tres tenores al inicio de la ‘Corsa Rosa’ están agrupados en un margen de apenas 25 segundos.
“Es el Giro de la Igualdad. No hay ningún corredor que se escape”, constata el veterano responsable del equipo español de Valverde (Movistar), Eusebio Unzué.
No lo ha conseguido hasta el momento su jefe de filas, Alejandro Valverde, pese a su ataque del sábado sobre el camino de tierra del Alpe di Poti, ni Nibali, que lo intentó dos días después en Roccaraso.
Tercero en el trío de favoritos, quizá sea el vasco Mikel Landa el que sale más reforzado de esta primera parte de la carrera. No en vano el líder del Sky parte como el mayor especialista en la montaña, cuando aún no se han superado los Alpes y los Dolomitas, y el peor dotado para la contrarreloj, en la que no perdió un tiempo significativo con sus rivales.
“Es la primera vez que me he sentido realmente bien desde el inicio”, sonrió Landa, que el año pasado fue tercero de la general con el maillot del Astana.
“Estar tan cerca de Nibali y Valverde me da una gran confianza. En cierto modo, puedo decir que mi Giro comienza ahora”, añadió.
“Landa y Valverde son los adversarios más peligrosos”, confirmó Paolo Slongo, entrenador de Nibali.
En su opinión, el polaco Rafal Majka y el ruso Ilnur Zakarin -pese a las dos caídas que sufrió durante la crono de Chianti- están casi descartados.
No ha dicho su última palabra holandés Steven Kruijswijk, cuarto de la general.
En cuanto a los colombianos Esteban Chaves y Rigoberto Urán, sus opciones se vieron recortadas tras su decepcionante contrarreloj del domingo.