Una ola de explosiones en mercados al aire libre en zonas chiís de Bagdad el martes dejó al menos 69 muertos, informaron autoridades en la más reciente serie de ataques lejos del norte y oeste de Irak donde el gobierno enfrenta al grupo Estado Islámico.
El peor ataque ocurrió en el barrio de Shaab, donde murieron al menos 34 personas y unos 75 resultaron heridos, dijeron las autoridades. El Estado Islámico se responsabilizó de este atentado y en un comunicado dijo que estaban dirigidos a las milicias chiís. El grupo extremista controla territorios importantes en el norte y oeste, incluido Mosul, la segunda ciudad del país.
De acuerdo con un policía, la investigación inicial revela que la explosión en Shaab provino de un auto cargado de explosivos estacionado cerca del mercado.
Poco después, una explosión en un mercado de frutas y verduras en Dora, otro barrio principalmente chií en el sur de Bagdad, dejó ocho muertos y 22 heridos, informó un policía.
Más tarde, un coche bomba detonó otro mercado en el área de Sadr City, matando a 18 e hiriendo a 35.
Funcionarios médicos confirmaron las cifras de víctimas, pero hablaron bajo la condición de no ser identificados por no estar autorizados a informar a la prensa.
Horas antes, operarios de una planta de gas natural situada al norte de Bagdad volvieron al trabajo dos días después de sufrir un ataque coordinado del Estado Islámico que causó 14 muertos, dijo un alto cargo del ministerio de Petróleo de Irak.
El espectacular ataque del domingo en la ciudad de Taji, a unos 20 kilómetros (12 millas) al norte de la capital iraquí, comenzó a primera hora de la mañana cuando un auto bomba se estrelló contra el acceso principal a las instalaciones. Luego, varios combatientes de la milicia radical entraron a la planta, donde se enfrentaron con fuerzas de seguridad durante horas antes de ser expulsados.
Entre los muertos había seis civiles y ocho miembros de las fuerzas de seguridad. Otros 27 soldados iraquíes resultaron heridos. Imágenes de las cámaras de seguridad mostraron una explosión, provocó una densa columna de humo negro. Mientras las llamas rodeaban las instalaciones y quemaban alguna palmera próxima, podía verse a peatones corriendo para ponerse a salvo. La parte superior de una de las unidades de procesamiento de gas estalló.
Las fuerzas de seguridad iraquíes tardaron horas en repeler el ataque insurgente.
El martes, la actividad de tres de las líneas de producción de la planta regresaron «a niveles normales», explicó el viceministro de Petróleo, Hamid Younis.
La planta funcionaba a pleno rendimiento, produciendo 30.000 bombonas diarias de gas para cocinar, apuntó, agregado que el ataque del domingo solo dañó dos almacenes y unas cuantas tuberías.