En opinión del profesor de políticas públicas del Iesa Ricardo Villasmil, actualmente Venezuela no solo vive una crisis económica, sino que el mayor problema es la forma como está siendo dirigida.
Sostiene que hay dos crisis económicas: la del Gobierno que maneja recursos y dice que no le alcanzan, y la de la gente que no tiene ni siquiera qué comer.
Agrega que también existe una crisis de dólares, porque el país cobra y paga en divisas, pero más es lo que debe que lo que gana; por eso el déficit, solo en 2016, es de unos 40 mil millones de dólares. Además tampoco alcanza la liquidez monetaria en bolívares, el déficit es de 20 puntos del PIB, para 2016. Villasmil hace mención que durante las dificultades económicas, Grecia tenía un déficit de 12 puntos y Estados Unidos de 11 durante la crisis financiera.
En Venezuela la inflación cada día se incrementa, cada vez hay mayor contracción, menos empresas, empleo y más escasez. “Cada día aumenta la pobreza, todos se van empobreciendo, sin excepción, y se deterioran los servicios públicos como el agua, electricidad, salud y educación”.
Expresa que el discurso del Gobierno es que la crisis se debe a que bajaron los precios del petróleo, pero para él no es la verdad, la realidad es que se debe a las malas políticas gubernamentales. “Se debió ahorrar cuando los precios estuvieron altos, para luego tener liquidez cuando estos se desplomaran, pero no se hizo sino que se aumentó el gasto público”.
Considera que el alza en los precios del petróleo y otras materias primas no obedeció a un liderazgo particular latinoamericano sino a la alta demanda por parte de China e India. En ese sentido agrega que el incremento de los costos de las materias primas también popularizó a Carlos Correa en Ecuador, Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Dilma Rousselff en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela. “El boom petrolero no respondió a ningún líder sino a la alta demanda. Al caer los precios con el surgimiento de otras alternativas de petróleos como el esquisto en Estados Unidos y la entrada nuevamente de Irán al mercado caen los precios, dando término a un ciclo económico y en América Latina a un ciclo político que generó el debilitamiento de los líderes de izquierda, los Kirchner salen del poder en Argentina, Morales pierde el referendo para la reelección en Bolivia, Nicolás Maduro pierde las parlamentarias en Venezuela y Rousselff, hace pocas horas, sale de la presidencia en Brasil”.
Deja vu venezolano
Villasmil recuerda que Venezuela vivió una situación similar durante los años ‘70, cuando en 1973 se nacionalizó la industria petrolera, ocurrió el embargo árabe y se pensó que los precios se mantendrían siempre altos. “Se gastó el excedente petrolero, luego los precios cayeron y no se había ahorrado para hacer frente a los tiempos duros. Se vivió la crisis financiera de los ‘80, y el gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1989 se vio obligado a tomar medidas antipopulares que generaron El Caracazo y las intentonas golpistas. La gente celebró esos golpes y quien los dio terminó siendo electo presidente para generar una política vengativa en contra de la población”.
Detalló que en las dos ocasiones cuando los precios del crudo subieron se crearon subsidios de dólares en Venezuela, y la gente vio que era tan barato importar desde Estado Unidos, como fabricar lo venezolano y se abandonó la producción nacional. Explica que el consumidor estuvo feliz de importar los productos americanos, viajar a otros países y votó por el gobierno de turno (Chávez); que para mantener contenta a la población incrementó las importaciones y el gasto público desmedido. “Chávez gastó 200 mil millones de dólares, durante el boom petrolero; solo dejaron en el Fonden 3 millones de dólares”.
Puntualiza que en 2007, el Gobierno comenzó a gastar más de lo que le ingresaba y para mantener los privilegios a través de las importaciones comienza a endeudarse, cuando lo que tenía que hacer era ahorrar para los tiempos de vaca flaca. “Esas deudas en algún momento tenían que empezar a pagarse y por eso hoy se sacrifica el gasto interno; lo que genera mayor escasez”.
Para graficar la magnitud de los desaciertos del gobierno de Hugo Chávez en materia económica recuerda que en el año 2001 la deuda externa venezolana no llegaba a 30 mil millones de dólares y en 2015, luego del “boom” de los precios petroleros por encima de los $100 por varios años el endeudamiento alcanzó en papeles los $120 mil millones, pero en total el monto era de $190 mil millones.
Cita a Arabia Saudita, un país que llevó una política diferente a la de Venezuela, y detalla que este en 2001 tenía una deuda de 40 mil millones de dólares, similar a la venezolana, la pagó completamente y acumuló activos en el exterior por el orden de los 800 mil millones de dólares. “Por eso los árabes no quieren recortar la producción, porque tienen un amplio mercado y una alta cantidad de clientes a quienes vender su petróleo. Ellos crearon las condiciones para expandir sus mercados”.
Aumentar la producción
Cree que Venezuela debería adoptar una política petrolera similar a la saudita debido a sus enormes reservas, solo así podrá estabilizar su política fiscal, produciendo y vendiendo la mayor cantidad de crudo posible, pero al contrario apuesta por reducirla para que suban los precios. “Hoy en día Venezuela, exhibe el poco honroso hecho de ser el único exportador de materia prima que tiene una economía contraída en los últimos cuatro años; mientras Chile, Bolivia, Ecuador, Irán, Irak y Nigeria, tienen un crecimiento sostenido. Además, Venezuela padece de la inflación más alta del mundo”.
La deuda que deberá pagar Venezuela, agrega, para 2017 será de $12.300. “Nadie quiere refinanciar la deuda con el modelo económico que hay actualmente en el país. El Gobierno se ha visto obligado a liquidar sus activos en el exterior como las reservas y el oro para no sacrificar las importaciones”.
Plantea que si el barril de petróleo cierra en 30 dólares este año, a Venezuela le entrarían neto 23 mil millones de dólares (este sería el mejor escenario), pero el costo de las importaciones de 2015 fue de 50 mil millones de dólares, es decir, que habría un déficit de 27 mil millones de dólares para alcanzarlo, pero si se suman 11 mil millones de dólares por intereses la cifra deficitaria alcanzaría 38 mil millones de dólares. “La economía se contraerá y habrá mayor escasez; porque obligatoriamente habría que recortar al menos a 36% las importaciones”.
Recuerda que en 1984 las importaciones por persona eran de 989 dólares por persona, con un bolívar mucho más sólido, y la producción nacional y la industria petrolera en pleno apogeo para generar dólares, mientras que en 2015 con el país en recesión las importaciones por personas eran de 1.294 dólares; pero sin la liquidez de los 80’. “La escasez llegó para quedarse por un buen tiempo”, concluye.
Hiperinflación
Sobre la escasez especifica que empezó a sentirse en 2011 porque es cuando se deja de quitar préstamos en el exterior para importaciones (para comprar alimentos) y comienza a endeudarse internamente. “Entre 2012 y 2014 la inflación empieza a crecer por encima de la liquidez monetaria y eso obliga al Gobierno a imprimir dinero inorgánico, porque de no hacerlo no se podrían pagar los salarios, es obligatorio. La devaluación deja de ser una opción porque entran muy pocos dólares debido a la caída de los precios del crudo, eso quiere decir que estamos a las puertas de una hiperinflación”.
Piensa que se debe reorganizar la economía, que cada quien debe asuma el rol que le corresponde; permitir a la empresa privada producir; y el Gobierno tratar de renegociar la deuda para pagar un porcentaje más bajo como lo hizo Argentina, que pagó 30% de su deuda. “Si se toman políticas acertadas el país podría mejorar en dos años”.
Explica que actualmente Venezuela aplica un default selectivo porque paga a los organismos internacionales para que no le embarguen los activos en el exterior, pero no a las líneas aéreas por ejemplo.
“La receta del Gobierno compuesta por devaluación, nuevos impuestos, incrementos de los precios de la gasolina y salarios bajos; de nada ha servido”. Villasmil sostiene que el presente es tan delicado que la falta de dólares no solo es para el sector privado sino también para el público.
“El gerente de Corpoelec, al igual que el de Empresas Polar, solicita divisas para invertir en generadores termoeléctricos, transformadores, camionetas; pero no se los aprueban porque no hay; por eso cada vez los apagones durarán más porque no hay manera de solventar”.
Cuestiona al Gobierno por financiar dólares a 4,30 bolívares para que luego sean vendidos a 600. “El gran culpable de esa corrupción es el Gobierno, porque está poniendo las reglas del juego para que eso ocurra. Ningún órgano controla el gasto público, el Gobierno creó el Fonden que no es controlado por la Asamblea Nacional, se debe volver a la división de poderes y la unificación de la tasa del dólar como ocurre en Colombia, no es culpa de la gente que hoy se metan a “bachaqueros” porque ganan más dinero en eso que en sus trabajos”.
El juego político
Villasmil siguiendo los argumentos de diversos estadísticos recuerda que en Venezuela, con el 30% de la popularidad se pierde un revocatorio y cita que entre 2004 y 2012 hubo doce elecciones. “Todos los años tienes que ser popular cuando aplicas medidas populistas. Un Gobierno no debe estar siempre en campaña sino que se debe dedicar a gobernar y no a ser populista ni revisar las encuestas todos los días”.
Sostiene que la economía y la política del país requieren de un cambio, pero también la mentalidad de la gente debe cambiar. Cree que si viene otro Gobierno y toma las medidas antipopulares necesarias para salir de la crisis, seguramente van a querer “tumbarlo” y hacerle un revocatorio. “No estoy de acuerdo con los revocatorios, un gobierno debe dedicarse a gobernar y no lo puede hacer si todos los días se siente amenazado”.
