Es imposible que la ciudadanía pueda callar las vivencias de un sistema de compras convertido en una tortura dentro de una cola desde el momento en que llega, sobre todo cuando es abordado por un ‘bachaquero’, el cual le informa los precios según el lugar para optar por la compra.
En las afueras de abastos Bicentenario hace dos días, 29 personas fueron detenidas en la madrugada por la Guardia Nacional, por supuestamente formar parte de un grupo de delincuencia organizada dedicados al ‘bachaqueo’.
A propósito de este evento, algunos testimonios se escucharon ayer a los alrededores de este comercio. María Sol Soto dice que este tipo de personas agarran 100 o 200 números en los puestos más cercanos, y “llegan generando pánico entre los presentes, delimitando el espacio que les correspondería a ellos y vendiendo los puestos por un precio desde los 400 hasta 700 bolívares”. Es pesimista al creer que esta situación por más que se realicen detenciones se acabará fácilmente y mientras tanto son estas personas quienes compran más cosas y los de atrás por lo general adquieren lo poco que va quedando de productos.
Maribel Montes cuenta que en Garzón la situación no es distinto, las personas llegan a las 9:00 de la noche, las cédulas la recoge la Guardia Nacional a las 6:00 a.m. del día siguiente, pero no recogen suficientes para todos los presentes, porque tienen prioridad las personas con discapacidad.
Se queja porque las autoridades no prevén “muchas situaciones como el perjuicio de los ‘bachaqueros’ y tampoco buscan rendir la mercancía que hay y muchos quedan por fuera pese a haber pernoctado en el lugar”.
María Pérez, por su parte, simplemente comenta que se resiste a pagarle un puesto a los ‘bachaqueros’ y prefiere correr el riesgo de irse con las manos vacías.