Los dominicanos salieron temprano y bajo la lluvia a votar el domingo en lo que son considerados los comicios más complejos de su historia reciente y en los que deberán decidir si reeligen al presidente Danilo Medina de entre una amplia oferta de candidatos y dejan que el partido gobernante retenga el control del Congreso.
El presidente Medina, un economista de 64 años, es el abanderado de una coalición de 15 colectivos encabezada por el gobernante Parte de la Liberación Dominicana (PLD) y se enfrenta a otros siete candidatos que representan a 11 organizaciones.
Entre los aspirantes a la presidencia se encuentran, por primera vez, dos mujeres. En los comicios participan 26 partidos políticos.
Las autoridades califican los comicios del domingo como los más complejos porque, por primera vez desde 1994, los electores votarán en una misma jornada por el presidente, por la totalidad de los 222 congresistas, 20 diputados ante el Parlamento Centroamericano, los 158 alcaldes, 234 directores de distritos municipales y todas las representantes de los cabildos.
El partido gobernante espera mantener el control que con tiene en el Poder Legislativo, con 31 de los 32 senadores, y 90 de los 190 diputados.
Para muchos votantes, esta cita con las urnas equivale a un referéndum sobre si dejar que el partido de Medina, Partido de la Liberación Dominicana (PLD), amplíe su dominio político tras ganar cuatro de las cinco últimas elecciones presidenciales y de controlar el Senado y la Cámara de Diputados durante una década.
Las encuestas apuntan a que es probable que Medina gane los comicios y que posiblemente evitará el balotaje contra el empresario Abinader. Esto se debe en parte al hecho de que la oposición está dividida y más débil que en los anteriores comicios de 2012, donde el resultado fue más ajustado.
Medina también se beneficia de una economía que creció el 7% el año pasado, más que cualquier otro país de América Latina o el Caribe, y del aumento del financiamiento de programas sociales que tienen un sólido respaldo popular. Su gobierno construyó unas 2.500 nuevas escuelas, amplió el horario escolar para enseñar más materias y promovió la alfabetización y formación profesional para adultos.
Pero otros sienten que a la formación gobernante, que aprobó una enmienda constitucional para permitir que Medina pudiera optar a un segundo mandato consecutivo, se le ha permitido amasar demasiado poder.
«Estamos hartos. El PLD lo controla todo», señaló Rafael de Jesús, un mecánico padre de dos hijos que estaba pensando en votar por Abinader. De Jesús está preocupado también porque la formación llenó la judicatura de magistrados afines, y apuntó: «Lo quieren todo».
Si ningún candidato supera el 50% de los votos, el 26 de junio se celebrará una segunda vuelta. Según las autoridades electorales, se espera que casi 7 millones de personas voten, incluyendo miles de personas en Estados Unidos, principalmente en Nueva York y Florida, donde están sus dos mayores comunidades.