Para nadie es un secreto que los habitantes del municipio Iribarren se han visto afectados por la falta de espacios seguros y en buenas condiciones para sepultar a sus seres queridos, sobre todo tomando en cuenta el crecimiento poblacional y la vida útil del llamado Cementerio Nuevo, ubicado al oeste de la capital larense y cual parece tener sus días contados.
Es importante destacar que Barquisimeto cuenta con siete camposantos, de los cuales solo uno, el Nuevo, está en el área urbana y fue creado en los años 70, con una extensión de 90 hectáreas, de las que solo quedan disponible unas ocho. Los otros son el de Tamaca, creado con ocho hectáreas y solo tres disponibles, y los de Bobare, Río Claro, Buena Vista, Santa Rosa y el de Bella Vista, llamado también el de la 42, los cuales no disponen de capacidad y son considerados patrimonio cultural religioso.
En el caso del actual cementerio del oeste, fue mutilada su capacidad de ampliación con la construcción del Terminal de Tranbarca, calificado por algunos críticos como un “elefante rojo” que le quito a la cuidad unas 44 hectáreas de las 90 inicialmente atribuidas como capacidad; además pesa sobre este camposanto el alto riesgo de ser invadidas unas dos hectáreas, lo que agrava la vida del mismo, pues junto a la mutilación de sus 44 hectáreas que eran las de su ampliación solo le quedaría una vida útil de cinco años.
Al respeto, el director de Servicios Comunitarios de la Alcaldía de Iribarren, Humberto Agudo, añadió que los promedios de sepulcros en el mencionado camposanto del oeste son de 9 mil al año y los estándares implican que una hectárea tiene capacidad de ocho mil fosas a construir, lo que implica una sobrepoblación de mil cadáveres por hectárea.
Explicó que esta situacion es la que los ha llevado a ir evaluando la necesidad de un nuevo proyecto de cementerio en Barquisimeto que tenga seguridad y ajustado a los modernos criterios en esta materia y para lo cual la municipalidad dispone de varias alternativas para ese proyecto, la ubicada hacia la zona noreste de Juan Villegas, Pavia, o la zona norte en las localidades de Cují y Tamaca, en la primera hay disponibilidad de 130 hectáreas y en la segunda de 80, todas aprovechables.
