Como una sola decidieron unirse las universidades del estado para alzar sus voces y explicarle al pueblo todas las vicisitudes que abraza a casas de estudio como la UCLA, la UPEL, la Unexpo y la Uptaeb.
Personal administrativo, obrero y docente, acompañado de los estudiantes, se reunieron a las afueras del rectorado de la UCLA, rechazando el decaimiento que ha sufrido la academia por la falta de presupuesto que afecta no solo los salarios de quienes allí laboran, sino que de igual forma representa deficiencias enormes en cuanto al funcionamiento de las mismas.
Ya han pasado cinco meses desde que en aquel entonces, el ministro de Educación Universitaria, Manuel Fernández, realizó una serie de compromisos, que hasta la fecha no se han visto plasmados en hechos. “El ahora ministro Jorge Arreaza parece que aún no se ha sentado en su silla”, expresó Eduardo Mendoza, miembro de la Asociación de Profesores de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Aproupel), señalando esta como la razón para retomar las acciones de calle de manera pacífica.
Lejos de ser caprichos, actualmente las universidades venezolanas padecen en todos los sentidos. Los bajos salarios pasar a ser una desmotivación, generando deserción que a su vez no se repone con nuevos trabajadores. Las necesidades en cuanto a infraestructura, investigación, extensión, materiales para la práctica docente y muchísimos otros menesteres que hoy en día agobian a las instituciones universitarias.
Lo que siempre está presente es la negativa del Ejecutivo Nacional en aportar soluciones concretas que permitan retomar aquella academia que hasta hace algunos años era digna de ocupar los primeros lugares en el ranking latinoamericano, en muchas ocasiones hasta mundial; pero de esto solo va quedando el recuerdo si no se toman acciones que logren sacar adelante a las universidades.
“Mantenernos en la calle y exigir respuesta, porque de no ser así los recintos educativos irán apagando sus luces y eso no puede permitirse”, dijo Déborah Velásquez, presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA (Apucla). Esta además aseguró que los gremios universitarios no se arrodillarán ni silenciarán, considerando que esto es lo que aparentemente busca el gobierno del estado venezolano.
Un paro no se descarta, pero los trabajadores no quieren que se llegue a tal punto, por lo que están expectantes a un acuerdo en el cual se tome en cuenta la necesidad salarial que se tiene, pues si bien el presidente Nicolás Maduro decreta aumento de sueldo uno tras otro, los recursos para pagar estos no son enviados, lo que mantiene a poco menos de la mitad de los empleados universitarios devengando un salario más bajo al mínimo, así como obteniendo solo 6.750 bolívares del ticket de alimentación.
“Si tenemos que salir a la calle todos los días para ser escuchados, lo haremos”, afirmó Fátima Dos Santos, presidenta del Sindicato Universitario de empleados administrativos Unexpo (Sueaunexpo).
Protestas paralelas
En las sedes de la UPEL tanto al este como al oeste de la ciudad, también se registraron acciones de descontento. Frank Alvarado, secretario de reclamo del sindicato obrero de la UPEL, también expresó que la problemática que se tiene por la baja paga que reciben.
Indicó que la II contratación colectiva ha sido violada en varios aspectos y siguen esperando que se dé una revisión a la tabla salarial. Motivación similar que llevó al personal obrero de la Universidad Politécnica Territorial de Lara Andrés Eloy Blanco (Uptaeb) a protestar a las afueras de su sede, pues aseguran tener pagos retrasados.