Los Cocodrilos de Caracas, inmersos en una de las más inspiradas rachas de buen juego en postemporada que se hayan apreciado en tiempos recientes en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB), tomaron una clara ventaja de 2-0 en la Serie Final 2015-2016 contra los Bucaneros de La Guaira, merced a dos triunfos irrefutables en el Parque Naciones Unidas de la capital, 99-94 y 95-89.
El equipo dirigido por Néstor “Mamá Osa” Salazar no pierde desde el quinto juego de la semifinal de conferencia Occidental contra Trotamundos de Carabobo en Valencia y desde entonces ha ganado ocho juegos en fila, incluidos dos contra el Expreso Azul, los cuatro con los que barrió a Guaros de Lara en la final de conferencia Occidental y los dos con los que ha cimentado una clara ventaja en el emparejamiento decisivo por el título nacional.
Segundas mitades demoledoras, rendimiento superlativo en la producción de puntos por parte de los importados Carl Elliott, Wendell McKines y Anthony Mitchell y juego colectivo en la forma de 35 asistencias en apenas 80 minutos de juego, dan cuenta del rendimiento con el que lograron revertir la labor de los Bucaneros en ofensiva.
Y es que los Cocodrilos han anotado 50 o más puntos a partir del tercer cuarto en seis de esos ocho cotejos ganados. Perdían el primer cotejo por ocho puntos (74-66) y con un increíble 22-5 pasaron al frente (88-79) para adueñarse de la victoria y, una noche después, a pesar de dejar perder una ventaja de 17 (70-53) y permitir que les empatasen (81-81) a falta de dos minutos y 45 segundos, su defensa a presión y las cestas de sus foráneos siempre los sacan de problemas.
Le cuesta a los Bucaneros imponer el ritmo del juego, usar mejor su reloj y no caer en la dinámica del intercambio de cestas, el uno contra uno por encima del sistema y el juego de carrera en el que los errores son más probables, no sólo en selección de tiro sino en traslado de la pelota o ejecución de rotaciones defensivas, un escenario en el que los capitalinos se mueven a sus anchas y sacan renta con una reserva de oxígeno inagotable, a todas luces.
Es tan patente su dominio desde el cuidado de los detalles en defensa y el cumplimiento de los roles que, incluso tras fallar 20 tiros libres de 56 lanzados y de errar 15 de sus primeros 17 lanzamientos de larga distancia en esta serie, además de cometer 22 pérdidas de pelota en el segundo juego, aún está adelante 2-0 la tropa de “Mamá Osa”.
La serie entró en una pausa de tres días y se reiniciará en el Domo José María Vargas de La Guaira este sábado 14 para su tercer juego. Los de Luis Guil Torres tienen los recursos para dar mejor batalla y ya lo demostraron al sacar del camino al campeón Marinos de Anzoátegui.
Si al notable rendimiento desde el perímetro de Héctor “Pepito” Romero, la experiencia de la dupla Jesús Centeno-Carlos Cedeño en la conducción o los innatos talentos de Jordan Hamilton se une un aporte más consistente de Justin Carter y el búlgaro Dejan Ivanov, las cosas pueden cambiar, pero para ello, tendrán que ser dueños del ritmo al que se juega y hacer que la urgencia la sientan los del otro bando.
