La oposición venezolana, decidida a acelerar el cese del mandato del presidente Nicolás Maduro, marchará en las próximas horas en Caracas y otras ciudades para presionar por un referendo revocatorio contra el mandatario, mientras los oficialistas se movilizarán en el centro de la capital en el respaldo al gobierno.
Desde la víspera las calles fueron tomadas por miles de policías y militares en medio de las tensiones generadas por el enfrentamiento y en medio de una crisis económica y la creciente criminalidad.
La marcha opositora no cuenta hasta el momento con el permiso de la Alcaldía oficialista de Caracas para llegar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral en el centro de la ciudad.
«No tenemos que pedirle permiso a ningún enchufado (oficialista)», afirmó el dirigente opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles al asegurar que sí las autoridades bloquean el paso de la marcha, los opositores están dispuestos a movilizarse por las aceras para llegar hasta las oficinas del Consejo Nacional Electoral.
Capriles dijo el martes en un programa de radio que la oposición marchará en Caracas y otras 18 ciudades del interior para exigirle al CNE que inicie la validación de las 1,8 millones de firmas que recolectaron el mes pasado a favor del referendo contra Maduro.
Maduro por su parte acusó a la oposición de promover planes desestabilizadores y de utilizar la Asamblea Nacional para «destrozar» los logros de los 17 años del régimen iniciado por el difunto presidente Hugo Chávez.
Maduro, quien alcanzó este año la mitad de su período de seis años, llamó a sus seguidores a marchar el miércoles para celebrar la decisión que emitió la semana pasada el Tribunal Supremo de Justicia, que declaró inconstitucional una ley aprobada por la mayoría opositora del Congreso, que le dio la propiedad de las viviendas a los beneficiarios de los programas estatales de construcción.
La oposición aspira a realizar este año el referendo para sacar del gobierno a Maduro, cuya popularidad se ha visto golpeada por la crisis económica dominada por una desbordada inflación y graves problemas de escasez de alimentos y medicinas. Algunos dirigentes oficialistas descartaron que la consulta pueda darse este año.