Obtener un documento como la cédula de identidad o el pasaporte, nuevos o renovados, en Barquisimeto, se ha convertido en toda una odisea por la forma irregular como vienen funcionando, por una causa u otra, las oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME).
Como se informó, quienes el lunes llegaron al SAIME de El Ujano, se encontraron con el anuncio no habría atención al público porque las oficinas serían afectadas por el racionamiento eléctrico.
Eso hizo que desde la noche del mismo lunes, madres y padres comenzaron a llegar a la sede del organismo de identificación con la esperanza de que este martes podrían realizar sus tramitaciones, en su mayoría de cédulas de identidad.
Afortunadamente, hubo alegría cuando fue abierta la reja de ingreso a la edificación, pero la misma desapareció cuando uno de los funcionarios les informó que no podrían iniciar los procesos debido a que “se cayó el sistema”.
Eso hizo que muchas personas se retiraran pensando que, una vez más, no pudieron cumplir con su propósito de obtener el documento necesario para estar identificados.
Entre ellas había un numeroso número de quienes requerían tramitar en el SAIME algunas correcciones en las cédulas de identidad de sus hijos para poder presentar las pruebas de admisión en la OPSU.
Los funcionarios del organismo trataban por todos los medios de aligerar el paso de los usuarios a las dependencias correspondientes, pero la labor no era nada fácil por la gran cantidad de personas presentes, las que ingresaban por la entrada principal o por el estacionamiento.
Llamaba la atención la presencia de algunos adultos mayores en sillas de rueda, para quienes, aparentemente, no había preferencia alguna.
Mientras eso ocurría en la sede de El Ujano, en la de la avenida Lara, otro grupo menor de mujeres y hombres se quejaba de que, pese a habérseles asignado esa oficina para la correspondiente tramitación, este martes no hubo actividad.
Algunos manifestaban haber llegado de otras poblaciones, Sanare, El Tocuyo, Carora, Quíbor, Humocaro, a donde debieron retornar sin haber podido hacer nada.
En esta sede del SAIME ni siquiera se preocuparon en colocar un aviso visible informando que no habría atención al público el martes.
“Ahora no atienden a uno ningún día de la semana, pues desde el miércoles, oficialmente, se van debido a la orden del presidente de no trabajar para reducir el consumo de electricidad”, manifestó uno de los presentes.
La misma situación se vivía en la oficina del centro de la ciudad, en la carrera 18, lo que convierte al intento de sacar o renovar cédulas o pasaportes en una verdadera odisea.