Cada vez más atípico. El Día de las Madres ya no es como antes, este año muchas mujeres con niños recién nacidos en brazos se formaron en las colas, con la expectativa de comprar, bien fuese un paquete de pañales o cualquier artículo de primera necesidad para atender a su familia.
“Un día no tan digno”, manifestaron algunas damas, quienes expresaron que no tenía qué comer en sus casas. Ante la crisis, el sacrifico de las madres se impone y la búsqueda de harina de maíz precocida, arroz, pasta, leche y otros, se ha convertido en la tarea de cada cierre de semana y éste no fue la excepción.
La edad no fue condicionante para que las madres se formaran en la cola, primerizas y abuelas celebraban su día haciendo lo que mejor saben hacer: dar lo mejor por los demás.
La celebración por el Día de las Madres se dividió en dos escenarios opuestos: las agasajadas y las que se encontraban en cola.
Pero los regalos ostentosos y las salidas a almorzar quedaron sólo para unos pocos, los que contaban con los recursos económicos para agasajar a su madre. Entre las alternativas, estuvo la comida en casa y detalles como un chocolate, ya que un almuerzo en restaurante para tres personas puede variar entre Bs. 6.000 y hasta 15.000.
Las tradicionales flores dejaron de ser el obsequio más recurrente y no porque hayan dejado de gustar, sino por su costo. Jennifer Redondo, con más de 20 años de experiencia en el ramo, comentó que éste ha sido uno de los años de menor venta.
Reconoció que entre 2015 y 2016 las rosas, por ejemplo, han incrementado 300% y que son pocos los que llevan grandes ramos para regalar a sus madres.
El valor de un ramo de 12 rosas rojas es de Bs. 12.000, equivalente al 80% de un salario mínimo. Ante el costo, algunos hijos y esposos, regalaron arreglos florales mucho más modestos, pero igual de significativos.
Los pequeños arreglos de flores, envueltos en papel de regalo y que se venden en las avenidas a los conductores, también fueron una opción para este día. Los precios variaban entre Bs. 600 y Bs. 1.000, de acuerdo con la zona y la presentación del mismo.
Pero no sólo lo material fue parte de este día de celebración. Otras familias decidieron ir a la iglesia y participar en la Santa Misa, para agradecer por seres tan especiales.
Yaniré Escalona, por ejemplo, dijo haber perdido a su madre par de años atrás, por ello ha tomado como costumbre asistir cada Día de las Madres a misa para agradecerle a Dios por el amor que por muchos años ella le dio. Otras familias irían a los cementerios, luego de misa, para recordar a quienes les dieron la vida y no se encuentran presentes físicamente.
María Auxiliadora Sotillo fue otra dama que acudió a la casa del Señor este domingo, acompañada de su esposo, hijas y nieto. Aseguró que ir en familia era el mejor regalo que podían darle. Se mostraba feliz y complacida.