Andy Murray puso fin el lunes a una relación profesional sin precedentes con Amelie Mauresmo, que fue durante dos años su entrenadora y lo ayudó a mejorar su juego en canchas de arcilla, pero no a ganar más títulos grandes.
La empresa que maneja la carrera de Murray no dio las razones por la medida al anunciar la separación el lunes, pero Mauresmo había dicho que «dedicarle suficiente tiempo y a viajar con él ha sido un reto» para ella.
Mauresmo acaba de dar a luz su primer hijo y se tomó seis meses de descanso.
«Trabajar con Andy ha sido una experiencia fantástica para mí», expresó la francesa, que ganó los abiertos de Australia y Wimbledon en el 2006.
Murray es el primer jugador de cartel que contrata una mujer como entrenadora.
El británico ya había ganado el US Open del 2012 y el abierto de Wimbledon del 2013, además de la medalla olímpica de oro del 2012, cuando comenzó a trabajar con Mauresmo.
Con ella como entrenadora, llegó a la final del Abierto de Australia en el 2015 y el 2016, perdiendo en ambas ocasiones con Novak Djokovic, y ganó sus dos primeros torneos en canchas de arcilla, en Múnich y Madrid.
«Aprendí mucho de Amelie en los dos últimos años, adentro y afuera de las canchas», dijo Murray en un comunicado. «Ha traído calma al equipo y la echaremos de menos».
«Le agradezco todo lo que ha hecho, ha sido un miembro invaluable del equipo», agregó el tenista, quien dijo que se tomará un tiempo para decidir los próximos pasos.