Los cultivos de caraota y girasol podrían atravesar uno de sus peores años. El primero es el grano típico de los venezolanos y el segundo, rubro emblema de la Revolución Bolivariana. Sin embargo, al inicio de la propuesta de los 14 motores para la recuperación de la economía del país y la presentación de los nueve rubros prioritarios para cultivo, ninguno de estos fue mencionado.
Aunque no se profundizó en el desarrollo de estos rubros, tampoco se ha brindados información sobre si ya se habrían hecho los pedidos de semillas en el exterior, para el cultivo de los mismos, cuyo ciclo de siembra iniciaría en octubre. Sin embargo, según el calendario de sectores productivos, el cargamento ya debería tener fecha de llegada a Venezuela
Al respecto fue consultado Antonio Pestana, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), quien precisó que en 2015, si bien en la producción de caraota se generó expectativa, ante el ofrecimiento de insumos para 50 mil hectáreas, sólo recibieron para 17 mil de estas, sembrándose menos de 7 mil hectáreas entre octubre y diciembre del pasado año.
Sobre los bajos niveles de rentabilidad, precisó que la agricultura requiere de precisión, por lo cual, la llegada a destiempo disminuyó los índices de productividad. A esto sumó que el primer trimestre del año fue uno de los más calurosos de la historia, lo que también influyó en el rendimiento de la cosecha de la caraota.
Ramón Bolottín, director de oleaginosas y leguminosas de la confederación, lamentó que en un primer pronunciamiento de nueve rubros prioritarios para 2016, por parte del gobierno, no se hayan incluido estos dos, lo que se traduce en que tampoco serán prioridad en la solicitud de semillas, ya que en el caso del girasol, rescatado por la revolución, se importa el 100% de la semilla, y de la caraota, más de 90% de los requerimientos.
Por su parte, Celso Fantinel, segundo vicepresidente de Fedeagro, recordó que el girasol fue un rubro bandera de la gestión del presidente Chávez y que se ha abandonado por una baja rentabilidad, ocasionada por erradas políticas en el ámbito agropecuario.
Metas complejas de alcanzar
Se tiene una meta proyectada de cosecha de girasol de 300 mil hectáreas, a fin de contribuir 30% para el suministro de aceites comestibles venezolanos.
Al respecto, Bolottín explicó que la semilla de girasol se importa de Argentina y aún no se han realizado los requerimientos necesarios. Para una intención de siembra de 100 mil hectáreas se demandan 60 mil bolsas de semilla.
En caraota, durante 2015 se importaron dos variedades de Brasil, con buena adaptación a las condiciones venezolanas, contrario a lo que ocurre en 2016. La intención de siembra para 2016 es de 50 mil hectáreas y se requieren 3 toneladas de semilla.
Asimismo, apuntó que el girasol inicia su ciclo en octubre y la semilla debería llegar al país en septiembre. No obstante, se requiere cumplir con una serie de solicitudes a las casas comerciales, para que estas cumplan un proceso de producción a contrapedido, pedido que aún no se ha realizado. Tampoco se han cancelado deudas viejas a los proveedores, razón por la cual estiman que la semilla podría no llegar a tiempo al país.
Fantinel destacó que el girasol es un rubro sumamente beneficioso para las tierras, ya que ayuda a hacer rotación de cultivo, para que así haya menos plaga y maleza para la próxima siembra, por lo cual no sembrarlo, sería un grave error. Acotó que la caraota registra iguales beneficios.
El detalle de la caraota
Pestana calificó como un “desastre” el ciclo de verano del presente año, porque las semillas no fueron recibidas a tiempo y las altas temperaturas que ha registrado el país, recrudecen la situación.
– En caraota, esperábamos que fuese el 17% de la producción nacional, de esos 140 millones de kilos que se necesitan, y no llegamos ni al 7%.
Acotó que el girasol representa el 2%. Se aspiraban cerca de 40 mil hectáreas y sólo se trabajaron 12 mil.
Lamentó que en la actualidad, en algunas regiones no se esté sembrando maíz, bien sea por falta de semillas y/o insumos. Precisó que sin insumos no se puede atender ningún rubro.
En este sentido, Bolottín explicó que la caraota es un cultivo extensivo que se siembra y cosecha de forma mecanizada.
Una planta produce apenas 4 gramos del grano, por lo cual se necesitaría sembrar 250 de estas para lograr un kilogramo de producto. Afirmación que permitiría analizar que el aporte del Ministerio de Agricultura Urbana para la dotación del rubro no permitiría responder a un porcentaje importante de la demanda del país.
Insistió que la contribución de la agricultura urbana es simbólica, ya que el país requiere 120 mil toneladas por año. Se deben sembrar 240 mil hectáreas de caraota para cubrir la demanda de la población. Sin embargo, actualmente se siembra menos de 15% de lo requerido.
Subrayó que en la década del 60´ se trabajaron 100 mil hectáreas por año y la producción promedio fue de 50 mil toneladas, por lo cual Venezuela era autosuficiente en el rubro. Se consumían 7 kilogramos per cápita.
A tiempo y sin previsiones
Respecto a las posibles previsiones que se podrían tomar, previas a la temporada de caraota en el próximo verano, el presidente de Fedeagro manifestó que difícilmente se podría hablar de este rubro, cuando ni siquiera se han tomado las previsiones de lo que se debe sembrar en lo inmediato, en el venidero ciclo de invierno.
Destacó que la semilla para los meses octubre, noviembre y diciembre, aún tiene oportunidad de llegar a Venezuela. Sin embargo, genera gran preocupación en el sector que para el próximo ciclo de siembra de hortalizas, papa y otros, aún no se cuente con semillas.
Subrayó que el ciclo de invierno es el más importante para Venezuela, para el cual se registran bajos niveles de acopio.
Apuntó que el ingreso de las lluvias se espera para la segunda quincena de mayo. Sin embargo, si las actuales lluvias, definidas como vaguadas, permanecen en el tiempo, podrían conectarse con el invierno, lo que impediría preparar la tierra para el inicio de siembras.
Los planes del Estado
Sobre el aporte en caraotas por parte del Ministerio de la Agricultura Urbana, Bolottín señaló que el consumo per cápita en Venezuela son 4 kilogramos por año, lo que representaría 120 mil toneladas de producto para abastecer la población. Para obtener estas, con un rendimiento de 500 kilos, se necesitarían 220 mil hectáreas de siembra de caraota, a propósito de alcanzar el autoabastecimiento. Se preguntó por tanto, cuánta será la superficie de siembra por agricultura urbana, para registrar un aporte significativo y no simbólico.
“Hemos vistos las acciones del gobierno, pero no se concretan en nada y cuando nos damos cuenta tenemos las lluvias encima y no tenemos las semillas en las fincas de los agricultores… Le hemos dado al gobierno el tiempo necesario, y las decisiones no se materializan”.
Sobre las propuestas planteadas para la reactivación, apuntó que Fedeagro ha presentado múltiples planteamiento, sin concretarse progreso. Dijo no comprender la omisión de dejar fuera de los rubros prioritarios, estos dos cultivos.
Destacó que la caraota, junto con la arepa es el principal plato del venezolano. Sumado a que el girasol es un cultivo emblemático de la revolución bolivariana, que lo rescató desde cero. Al no formar parte de estos rubros estratégicos, podrían no dirigirse recursos a los mismos.
Bolottín indicó que la posición de Fedeagro ha sido constituirse en un convocante de consenso nacional para el rescate de la agricultura.