Estimados lectores: El segundo capítulo de: ¿En puerta el holodomor venezolano? podrán leerlo el próximo sábado. El espacio de hoy está dedicado a las madres.
Madre es
Madre es aquel fanal guía en la existencia, aquel cielo en el que estoy como estrella rutilante que nunca se apaga.
Madre es aquel insondable piélago de sentir profundo que viene a mí con la marejada a dar la vida y a llevarse los pesares.
Madre es aquel sendero de luces infinitas colmado de fragantes emociones, en el que como un alud la arboleda en un manto me envuelve, adentrándome en esa mansión de amores, de mieles, de exquisitos placeres y advertir:
¡Oh esas flores! aquel ornato empíreo en el que orla la floresta en arco iris de borde a borde de la senda.
Después de la corriente tempestuosa que se lleva en la existencia, madre es aquel remanso de oasis que a la vera del camino brota en hierba, formando una extensa pradera y como en suaves plumones, besa los cansados pies.
Madre es aquel prado que en blandas y trémulas caricias, impulsa a ir en la búsqueda de un sedante… Ese que de tan solo hollar ¡plétora me hallo ya!
(De mi sobrina Yaneth Ardila Niño -QEPD)
Mañana es domingo Día de la Madre. Felicitaciones a todas ellas incluidas mis hermanas, mi hija Ivette, mi nuera María Eugenia, mis sobrinas, mis amigas virtuales, las que están cerca a mí siempre, las madres de Lara y de EL IMPULSO.
La más añorada para mí será como siempre en esta fecha, mi madre a quien guardo en el corazón especial sitial de amor.
¡OH! Bienvenido Mayo que traes con tus fragancias y frescores el amor sublime y el perfume del encanto florecido en tu canasta.
Te llevaste un día tres a la que me arrulló en sus brazos, la que hasta el final fue dulzura volcada en mi camino, la sonrisa que siempre ha hecho falta a mis estrofas y cuyo rostro mi memoria no cesa de evocar ni el coro de mis liras de elevar cada día un Hosanna a su memoria. Mañana domingo silenciosas volarán mis rimas sobre los campos de Aragua que me dieron el ramo que en sus manos puse; recordaré como cada año su voz calmada, su amor incondicional y sincero, sus pasos silenciosos, su valentía; recordaré aquellos árboles donde se quedó la voz del clarín de los turpiales que no volvieron a cantar ni las violetas quisieron florecer, desde que ella se fue aquel fúlgido atardecer en el que el crepúsculo en lo alto del cielo se apartó, para dar paso al alma que se iba acompañada de querubes y de una turba de blanquísimas palomas. Duerme tu sueño en paz que mientras el sol expanda sus nítidos fulgores, esparciré sobre tu mármol frío la fragancia que guardo de tus flores…
Qué pronto
(Poema que compuse a los hijos)
Qué pronto llegaron a mis aves los años, qué pronto aprendieron a mirar la cima, a mover sus alas y a tejer sus sueños lejos, en tierras de libertad, de oportunidad, seguridad y respeto a su dignidad y derechos humanos; qué pronto llegó a mi vida el otoño y con él anunciarse el frío de la soledad que deja en el corazón la ausencia de los hijos.
Qué pronto tuvieron que partir recorriendo insondables distancias para crecer y lograr sus sueños que emergieron a raudales, cargados de esperanzas, dejando atrás sus alegrías y travesuras confiadas al regazo del tiempo en suspenso… Aunque haya sido el arco no la flecha y del tiempo no pueda yo su avance detener, tengo la seguridad de que en el camino de mis aves seré siempre su antorcha compañera.
Feliz día señoras de Venezuela Colombia Holanda y el mundo.
