La intolerancia y la indignación que provocan en Nicolás Maduro los avances de la oposición hacia la celebración del Referendo que lo revocaría del poder, que algunos políticos pueden calificar de simples disparates o incoherencia ideológica, ya resultan inocultables manifestaciones de enrumbarse definitivamente hacia un totalitarismo rojo.
El país atraviesa por uno de los peores momentos políticos en los que la represión gubernamental no sólo aumenta contra la oposición, sino también contra los disidentes del régimen que comienzan a ser víctimas por algunas de sus conductas o simples palabras expresadas sobre el acontecer nacional, en la creencia de que pueden hacer uso de la libertad de expresión.
Y aunque se trata de un sistema de gobierno que fracasó durante el siglo XX, en todos aquellos países en los que fue impuesto por la fuerza de las armas, así como el difunto Presidente Chávez -según sus propias expresiones- se consideraba el líder de dimensiones mundiales capaz de restaurarlo con todas las implicaciones que ello tuvo en el pasado, sus herederos piensan, y en esa dirección actúan, que esa desproporcionada y delirante aspiración del extinto comandante, les corresponde ejecutarla ellos y hacerla cumplir. De allí que de prolongarse en el poder la camarilla cívico militar por tiempo indeterminado, la sociedad venezolana sería sometida a un control total por parte del Estado, por la voluntad única del Jefe del Gobierno. Las primeras víctimas ya son, desde luego, algunos líderes de la oposición, pero no escaparán, como no escaparon a la persecución, la cárcel y hasta de la muerte, los partidarios del “socialismo real” que resultaron sospechosos de diferir del máximo jefe de la revolución roja. De la lectura o relectura del Informe de Nikita Kruschov al Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956, se puede deducir cual puede ser el destino de los disidente de la política estatista y represiva del gobierno de Maduro, que incluso pueden verse retratados entre las víctimas de las terribles purgas y ajusticiamientos de la mayoría de los miembros del Comité Central del PCUS, ejecutados por Stalin, el jefe único.
La arenga del Presidente de la República y de varios ministros y de cuanto dirigente enchufado existe en altas posiciones gubernamentales estimulando a sus seguidores a la violencia y la venganza, además del escándalo nacional e internacional que ha producido, lo que ha hecho es confirmar la disposición del gobierno de instaurar un régimen totalitario, si la sociedad unida no es capaz de revocarle el mandato a Nicolás Maduro en el Referendo, y derrotarlo en cualquier elección establecida en la agenda electoral.
El país democrático debe cerrar filas para impedir que un régimen totalitario pueda instalarse en Venezuela, por acción u omisión de los electores. Quienes voten o contribuyan a construir un estado policiaco, éste los puede hacer desaparecer selectivamente, acusándolos de agentes de la CIA, como lo hizo el régimen totalitario de la extinta Unión Soviética.
Hoy, además de violar la libertad de expresión por diferentes mecanismos represivos, como incoar varios juicios contra El Nacional, La Patilla y el diario Tal Cual y perseguir a sus Directivos entre quienes está Teodoro Petkoff, uno de los venezolanos ejemplares por su conducta ciudadana y su coraje para defender la democracia y las libertades en momentos críticos del país, presenciamos la represión violenta de los colectivos paramilitares, creados y armados por el gobierno, contra manifestaciones pacíficas que piden un cambio por la vía democrática y electoral. El terrorismo rojo tiene que ser detenido por la acción conjunta de todos los partidarios de la libertad y de la Constitución Nacional vigente de Venezuela, unidos en la calle y en las urnas electorales en la fecha que establece el ordenamiento jurídico de la nación y se realice el Referendo Revocatorio.
La Alternativa Democrática debe ampliar sus horizontes, como lo plantean los integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y lo reitera su Secretario Ejecutivo, Jesús «Chúo» Torrealba, para movilizar la sociedad venezolana en una clara y consciente lucha por la democracia y la libertad.