“Con este CNE ganamos el 6 de diciembre y con este CNE ganaremos el referéndum”. Así se expresó el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional Enrique Márquez, además de recalcar que este proceso electoral debe realizarse en 2016.
La presión ciudadana debe continuar, aseguró, aunque es desafortunado que el pueblo deba movilizarse para que un órgano del Estado cumpla con la Constitución y las leyes. “Si debemos marchar 200 veces y hacer 200 manifestaciones, las haremos, si no, le estaríamos entregando el país a una cúpula de cinco o seis personas que están de espaldas inclusive al pueblo chavista”.
En entrevista realizada en la sede de EL IMPULSO, el diputado indicó que en caso que el CNE establezca una fecha para el referéndum posterior al 11 de enero de 2017, el ente electoral estaría “dinamitando a Venezuela”, además de que estarían rompiendo las leyes e incitando a una salida violenta. “Por eso decimos que la paz del país está en manos de Tibisay Lucena, para que entienda que cualquier decisión que tome afectará el futuro del país”.
En cuanto a la presidenta del CNE, Márquez explicó que se trata de una figura polémica que seguirá recibiendo críticas mientras se comporte como un árbitro parcializado. Esta aseveración la hizo en referencia a las declaraciones de Lucena de esta semana, en las que aseguró estar recibiendo ataques y chantajes por parte de la oposición. “Si de ataques hablamos, parece que ella no ve el programa de Diosdado y las alocuciones de Maduro, que lo que hacen es atacar”.
Un modelo fracasado
El parlamentario también se expresó en torno a la crisis económica venezolana y, en específico, al decreto de emergencia promulgado por el Ejecutivo Nacional.
“La economía no mejorará con la misma fórmula que han implementado hasta ahora, creo que no tienen capacidad para corregir (…) ¿Eso será tozudez, terquedad, mala intención? No lo sé. Pero con esas medidas era obvio que no iba a avanzar Venezuela”.
El corazón del fracaso económico no es la caída de los precios del petróleo, sino la destrucción del sector privado, afirmó.
“La intención es mantener el legado de un modelo que fracasó, confiando en que pueden maniatar al pueblo y a la oposición esperando que vuelvan a subir los precios del petróleo. Mientras los precios del petróleo estaban altos, no se notó el fracaso del modelo porque todo lo arreglaban a punta de dólares (…) Es un tema ideológico que no tiene que ver con Venezuela, con el dolor del pueblo” concluyó.