Luego del triunfo de Maduro en abril del 2013, los opositores asumen las elecciones municipales como un plebiscito, con lo que esperan demostrar que las elecciones de abril habían sido un fraude, pero por el contrario el chavismo obtiene una contundente victoria y sin embargo cuando se esperaba tranquilidad política en el 2014 la oposición asume la vía violenta para sacar a un gobierno que apenas tenía meses, al que aun no podían juzgar y evaluar.
En tres años en la presidencia Maduro no ha tenido ni un minuto de sosiego, ha llamado al dialogo y ha sido boicoteado, frente al terrorismo de las guarimbas demostró una exagerada moderación. Y Ahora, tal como se espera, no fue sorpresa, luego de asumir la nueva directiva de la Asamblea se le ha puesto fecha final a su gobierno, y se ha asumido esta trinchera solo como medio para salir del gobierno, sin embargo hablan y hablan de cambio y de la salida, pero se notan enredados, sus diferencias y lo más importante representar lo mas decadente del pasado y de los intereses oligárquicos y transnacionales los dejan mal plantados, su triunfo se desvanece.
Una oposición envalentonada que en las primeras de cambio ya manifiestan por donde vienen: persecución, desvanecimiento de la política de protección social e imposición de un modelo de economía neoliberal, al estilo de lo que está sucediendo ya en Argentina: represión a los movimientos populares, despidos, disminución del salario, eliminación de políticas sociales y clara alianza con los sectores transnacionales. En Venezuela a pesar de la difícil situación, no solo no se ha tocado ninguno de los planes sociales, por el contrario se incrementa en razón de favorecer a los más necesitados.
Para nada evadimos las responsabilidades y errores, contradicciones: el desconocimiento de la economía, deficiencias, corrupción, pero al decir verdad todo estos errores ya venían del gobierno de Chávez, Maduro los continuó, pero sin tener el liderazgo y carisma de Chávez. El rentismo, la dependencia petrolera, el burocratismo, avivar la cultura de la distribución y no de la producción, el enrosque ministerial permanente, ver enemigos en todo lados, los descalificativos innecesarios, el discurso a veces soez, lo hace ahora tener que negociar con estos intereses oligárquicos para poder levantar la producción y mantenerse en el poder.
Muchas contradicciones para el socialismo, pero es lo que hay. Qué pasará si perdemos esta oportunidad, cuánto y en qué tiempo nos costara retomar el poder político, los logros que hemos alcanzado en estos años?, Nuevamente es tiempo de decisión, no de lealtades absoluta, ni de callar las criticas como se hizo antes, y que tanto daño hiso al proceso, es tiempo de crítica, pero más aun de propuestas. Se trata de salva el país bajo un proyecto realmente humanista y socialista. Además nuestro fracaso significaría un terrible golpe a las causas humanista de América y del mundo. Yo estoy claro, seguiré en mis críticas, pero con lealtad al socialismo y al proceso que es lo más cercano que tenemos.
El Chavismo fue el producto de una crisis, que aun se mantiene y a la que a pesar de los avances políticos y sociales alcanzados no se ha logrado dar solución. Es una crisis estructural del capitalismo rentístico dependiente venezolano, no es tan fácil ni tan burdo como cambiar de liderazgos, que por cierto bien escasos y los que se presentan como nuevos y propulsores del cambio son los mismos de la cuarta república o representan lo mismo.