Hay pocos temas dentro de la tecnología que despierten tanto interés y recelo como la inteligencia artificial o IA por sus siglas en inglés (Artificial Intelligence).
Este campo de la programación ha evolucionado mucho más de lo que imaginamos: actualmente utilizamos inteligencia artificial a diario. Buscar en Google cualquier concepto, dejar que nuestro programa de fotografía identifique los rostros… acciones que hubieran sido ciencia ficción hace sólo unas décadas. Que la inteligencia artificial es beneficiosa para la humanidad está fuera de toda duda: con poner unos cuantos ejemplos ya nos damos cuenta de su utilidad. Parece que vamos hacia un futuro en el que interactuaremos constantemente con máquinas capaces de realizar razonamientos complejos.
Todos los años, las grandes compañías comunican sus beneficios en una importante rueda de prensa. Sundar Pichai pronunció una frase como CEO de Google que ha llamado bastante la atención: «Con el tiempo, creo que evolucionaremos computacionalmente desde un punto “primero el teléfono celular” a un “primero la inteligencia artificial”.
Una era post teléfono celular, después de que casi nos hayamos acostumbrado a la era post PC. Las señales están sobre la mesa: el internet de las cosas está cada vez más presente y dejamos de prestar atención a la gran cantidad de tareas que se realizan de manera automática permitiendo que interactuemos con ellas recibiendo una respuesta casi natural. ¿
Los bots son el siguiente gran paso
No es casualidad que todas las grandes empresas tecnológicas (Microsoft, Facebook, Alphabet…) coincidan en remarcar la comunicación natural con los sistemas computacionales. De hecho, los bots están llamados a ser la siguiente revolución tecnológica en redes sociales y sistemas de comunicación: respuestas naturales como si estuviéramos hablando con una persona.
Son dispositivos que se anticipan a las necesidades de los usuarios (¿alguien dijo Google Now?), capaces de responder ante cualquier duda sin dar una respuesta esquemática, aplicaciones con las que podremos conversar olvidando que hablamos con un sistema computacional.
La IA no implica suplantar a los cerebros humanos
Seguiremos con esa idea en la cabeza cada vez que escuchemos el término, Skynet enraizó casi tanto como Terminator y su “Hasta la vista, baby”. Pero debemos acostumbrarnos: no sólo nos rodea, acabará por dominar toda nuestra forma de interactuar con los dispositivos. Y eso no es malo. ¿O sí?