#RevistaGala Mamá…: Oficio que nace del corazón

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Ser madre significa desconocer que existe la distancia y los obstáculos; es estar presente en las dificultades y ser una mano amiga llena de amor para sus hijos. Más allá de un día comercial, el día de las madres, celebrado el segundo domingo del mes de mayo en Venezuela, conmemora el valor de mujeres que han formado una familia y son heroínas del hogar. Para homenajearlas, les presentamos las historias de cuatro madres exitosas que nos contaron un poco de su vida y como combinan su rol de mamá con las ocupaciones personales, convirtiéndose en mujeres integrales

No cabe duda que las mujeres son grandiosas, es por ello que Dios les otorgó la  responsabilidad de ser quienes trajeran vida a este planeta. Hemos de sentirnos honrados por haber salido de sus vientres, de ser criados y atendidos por aquellas que desde muy temprano se levantan pensando en todo lo que deben hacer durante el día, y es que la mayor parte de esos quehaceres, van en función de los que habitan su corazón. Las que con solo escuchar un «no me siento bien», tienen razón para no dormir completo durante la noche, las mismas que cuando salimos de la casa nos incorporan en una oración, aquellas que se desviven porque comamos cuando no hemos probado bocado y desde luego las que se sienten comprometidas, sin importar las circunstancias, con ayudarnos a ser quienes somos y seremos. A veces, solo hay que detenerse un instante durante el día para admirarlas y más que agradecerles con palabras, demostrarles con acciones que somos las personas más afortunadas por tenerlas en nuestras vidas. Su día deberían ser todos, pero en el que está por venir les enviamos con buenas energías, la más grande bendición. ¡Feliz día madres!.

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María José Pérez: Madre Emprendedora

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Cuando se inventó la palabra esfuerzo, todas las venezolanas dijeron presente y es que si algo caracteriza a las mujeres de nuestro país son sus ganas de salir adelante, ser madre es un enorme trabajo, pero cuando se le suma el ser ama de casa y dueña de un negocio, todos se preguntan ¿Cómo lo hacen? María José Pérez es una de estas madres venezolanas, con apenas 27 años de edad es fundadora y directora de Zeppelink Servicios Integrales, C.A. una compañía encargada de dar asesorías de mercadeo, publicidad y redes sociales, entre otros negocios.

A los 20 años esta emprendedora tuvo a su hija Paola Valentina, quien de inmediato se convirtió en el impulso que María José necesitaría para explotar su talento en el mundo del mercadeo, así cumplió su sueño de ser comunicadora social y tras años de trabajo, fue adquiriendo la confianza de personas que delegaban importantes tareas sobre ella, más tarde decidió darle forma a sus ideas e iniciar su propia empresa lo que significaba también estar más tiempo con su pequeña. “Amor, organización, disciplina y valores” son las claves de María para distribuir su tiempo entre el trabajo y su hija de la que nos cuenta: “Ella se involucra mucho en mis cosas y hasta tiene la madera para el mercadeo y la publicidad, más de una vez me ha sorprendido”.

María José fue de esas madres afortunadas que durante el embarazo no tuvo complicaciones ni malestares, y lo define como el mejor momento de su vida por sentir como se formó la vida de su hija a quien le dedica estas palabras: “Quiero que sepas que te amo, que eres mi razón de respirar, de luchar, seguir formándome y continuar creciendo. Siempre debes estar segura de ti misma y tener presente que eres una bendición de Dios, que viniste al mundo a hacer cosas grandes, por y para el bien. La honestidad será tu mejor arma y siempre vas a contar conmigo. Estoy orgullosa de ti y te apoyaré en tus decisiones”.

“Si crees en tus sueños y trabajas con dedicación puedes lograrlos”

Ana Cecilia Reyes: Una madre fitness

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Combinar el hecho de ser mamá, trabajadora y esposa con una vida saludable implica tener disposición y mente positiva para extraer lo mejor de cada experiencia. Así lo describe Ana Cecilia Reyes, una Doctora en Ciencias de la Educación que conserva la afirmación de que “nunca se debe dejar de aprender”.

Madre de tres hijos, Gustavo, Dana  y Luis, con 25 años de un feliz matrimonio; es una mujer que ha inculcado a su familia valores de educación, buena alimentación y vida sana; asegurando que ser madre ha sido su mejor experiencia. Ana Cecilia es una mujer que hace actividad física desde temprana edad; funcionales y spinning son algunas de sus rutinas en el gimnasio, pero considera un momento en la peluquería que se dedica a sí misma. Asegura que su secreto es “involucrar las actividades en las tareas de la familia”, agregando que aunado a la estética, cuidar la salud es algo natural en su vida que le ha permitido enfrentar cada día de una forma distinta.

Por ello, la rutina alimentaria que aprendió después de algún tiempo, contempla desayunar máximo media hora después de levantarse, consumir meriendas intermedias, así como verduras y proteínas de forma equilibrada; entendiendo que tener una buena alimentación no significa pasar hambre. Así confiesa que aunque cocinar no es lo que más disfruta, lo hace cada fin de semana congelando los alimentos para los próximos 15 días.

Además no descuida el estilo de vida verde, también sembrado en su hogar al ser una Licenciada en Estudios Ambientales y subdirectora de la fundación Huerto Los Ayamanes, una iniciativa ecológica que comparte en familia. Para Ana Cecilia, el mayor aprendizaje que ha adquirido como madre es entender la necesidad de ver a sus hijos felices desempeñándose en lo que les apasiona, por lo que anhela verlos cumplir sus objetivos personales y profesionales. Es por ello que hace referencia a la pregunta: ¿Por qué las mamás nos convertimos en magas?, afirmando que se trata de cumplir con cada actividad haciendo cualquier cosa por ellos, quienes también la han motivado a emprender nuevos retos.

Considera que una madre a través de sus ideas y atenciones es única para cada hogar y como una mujer polifacética expresa que tan solo “ser mamá es ser feliz”.

“Para una madre los hijos son la muestra de que el verdadero amor existe”

Agradecimientos: Italo Training Center

Yubisnhey Jiménez: Madre por elección

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Traer un niño al mundo es una experiencia que le otorga a la mujer de manera automática el título de Madre, sin embargo la etapa del embarazo y el proceso de parto no siempre son materias necesarias para alcanzar con honores este arduo papel. Un ejemplo de ello, es Yubisnhey Jiménez una venezolana de 41 años de edad quien sin ningún tipo de experiencia, pero con la mejor disposición, decidió ser mamá.

Hace 14 años conoció en el hospital a un bebé llamado David con cuatro meses de edad, quien hizo florecer en ella un cariño especial, cuando conversó con la madre natural del pequeño se enteró de las pocas posibilidades que ésta tenía para mantenerlo. Motivada por la hermosura y situación de su “pequeño ángel” como Jubisnhey lo llama, decidió tramitar la adopción. David es un niño con parálisis cerebral infantil, síndrome de West, cuadriplejia espástica y problema visual pero con sentido del tacto y audición en perfectas condiciones lo que le permite apreciar el amor de su madre, hermanos y familiares.

Esta mujer es maestra de preescolar y mientras trabaja cuenta con la ayuda de su mamá para el cuidado de sus hijos, nos comenta además que no todo es trabajo, también dedica algo de tiempo para consentirse pues piensa que: “estar bien conmigo misma es estar bien con mis hijos y con mi familia”. Su mayor aprendizaje se lo dejó su hijo David quien le enseñó a ser inteligente, guerrera y segura, considerándose una “madre especial”.

Hoy día Jusbisnhey tiene dos hijos naturales Yeshua de 7 años de edad, a quien describe como “cariñoso, sentimental y muy comprensivo” y Yosef de 6 años  quien se caracteriza por ser “juguetón, ocurrente y feliz”, ellos conviven en perfecta armonía con su hermano mayor y entre los tres llenan de amor la vida de esta madre quien les deja un mensaje: “Delante de los ojos de Dios no hay distinción de persona, debemos amar, aceptar y respetar a los seres humanos a pesar de sus condiciones, mantener esta actitud los hará únicos ante Dios y la sociedad”.

“He combatido el miedo a través de la fe que tengo en mi Dios”

Ana Alarcón: Una madre de generaciones

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Si de experiencia y consentimiento se trata, las abuelas son el mejor regalo en todo el entorno familiar. Ana Ramona Alarcón de 83 años, es una madre ejemplar de cuatro hijas, que a pesar de su edad se encuentra activa en labores diarias que incluyen educar como una pasión.

Con residencia en Barquisimeto y corazón merideño, es una profesora egresada del Instituto Pedagógico de Caracas en el año 1956, con más 30 años de ejercicio en literatura y latín; quien nos confiesa a pesar de estar jubilada: “me gusta tanto la educación que disfruto enseñar”, a niños que van a su casa para recibir tareas dirigidas con la menor de sus hijas, Amarelis.

Ana Rosa, Mariela y Maritza son sus otras hijas, esta última con la ayuda de la tecnología a través de las redes sociales, porque vive, desde hace 15 años, en la ciudad de Montreal, Canadá; país nativo de su única nieta María Emilia que vio personalmente por última vez en el año 2013, cuando viajó seis meses a compartir con ellos.

Coleccionista

Ana es una mujer que aparte de leer y jugar cartas, colecciona pesebres aproximadamente desde el año 1992, cuando le compró uno a una amiga y a partir de ese momento, empezó a recibir nacimientos de diversos tamaños, formas y procedencias; comentando que cada vez que un pariente viaja, “el regalo es un pesebre”.

Actualmente posee alrededor de 400 que decoran cada rincón de su hogar en diciembre y que espera sean expuestos por sus hijas en sus casas, para seguir la tradición a través de las generaciones. Entre otras costumbres, preparar chicha andina es una de las bebidas que disfruta, aunque entre risas comentó que quizás solo la mayor de sus hijas la prepare porque a los demás no les gusta.

Como madre expresa que deben reconocerse las fallas de los hijos y no cegarse ante la realidad, además: “que haya concordancia entre lo que se enseña y lo que se hace”, es importante por el papel de modelo que ejerce cualquier mamá. En su caso, siente que cumplió con su rol, al percibir el amor y apoyo incondicional de sus hijas como reflejo de sus enseñanzas.

“No preparemos el camino para nuestros hijos, preparemos hijos para cualquier camino”

 

 

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