La situación alimentaria en Venezuela es sumamente grave, por cuanto también hay dificultades en la producción de alimentos en otros países, los cuales no se van a sacrificar para suminstrárselos a nuestra población.
No podemos sino pensar en las consecuencias que puede ocasionar la escasez cada vez más pronunciada de alimentos. expone el Dr. Lorenzo Tovar, quien fue presidente de la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas.
Algunas personas dicen que gente desesperada irá a asaltar los establecimientos que expenden alimentos, pero, ¿qué van a conseguir si no hay? No hay acaparamiento, ni inventarios. Cada vez están desapareciendo porque no hay producción.
El gobierno no ha querido rectificar en sus políticas, ni darle apertura al sector privado y, para colmo de males, también hay escasez de dólares.
La situación no es que va a colapsar, está ya está colapsada, afirma. Estamos en manos de Dios. Lo que nos queda es orar. Y pedir que todo esto pueda cambiar.
Por otro lado, tenemos el conflicto entre los poderes públicos. El Legislativo acaba de hacer lo que le corresponde en el caso de la falta de alimentos. Hay un responsable, el ministro Rodolfo Marco Torres, quien tiene las atribuciones de garantizar un derecho constitucional, como es de los alimentos a la población.
Si no cumple y además existen hechos adicionales que están siendo investigados -la corrupción y la cantidad de alimentos que se han perdido por descomposición, como consecuencia de la política de importación-, naturalmente, había que tomar una decisión al respecto por parte de los diputados.
El parlamento tomó la decisión de darle el voto de censura y el presidente de la República ha debido a proceder a su remoción inmediatamente.
Pero, como todos sabemos que en el gobierno nacional no hay hueso sano y como ya el presidente dijo que no le tocaran a su ministro, claramente, no está dispuesto a dar su brazo a torcer.
La suerte está echada. Aquí la confrontación de poderes se intensificará. El Ejecutivo no va a aceptar ninguna de las propuestas y ninguna de las leyes que sean aprobada por la Asamblea Nacional.
Hay dos muros de contención: el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral. Además, toda la estructura del poder está en la misma tónica.
Lo que nos queda es orar a Dios y la calle para lograr los cambios que la mayoría del pueblo está pidiendo y que se requieren con urgencia.
