Los habitantes del bosque residencial La Arboleda, un complejo de bloques ubicado a un lado de la avenida Herman Garmendia, al este de Barquisimeto, una vez más quedaron prácticamente aislados y algunos de sus apartamentos parcialmente inundados a causa de la lluvia que cayó sobre la ciudad durante la madrugada del viernes.
“Menos mal que no llovió muy fuerte porque cuando ha ocurrido las pérdidas materiales que sufrimos son cuantiosas”, dijo Katy Villamizar, una residente, mientras trataba de quitar el lodo que, aún avanzada la mañana, cubría el acceso a la urbanización.
Debido a que lel sector se encuentra en un nivel bajo, cuando llueve, el agua ingresa de manera torrencial, arrastrando a su paso todo lo que encuentre.
En esta oportunidad, como ya ha ocurrido, la entrada quedó obstruida por restos vegetales y todo tipo de basura al punto de que los dos portones quedaron cerrados por escombros.
Villamizar dijo que a las tres de la mañana algunos vecinos tuvieron que levantarse a limpiar los desagües para hacer desaparecer la laguna que llegaba hasta la planta baja de los edificios.
En algunos lugares el agua subió hasta un metro, aproximadamente, sobre todo en el canal de salida, cuyo portón permanecía clausurado hasta cerca del mediodía del viernes.
El profesor Luis Arroyo, también residente, pidió la colaboración de la alcaldía de Iribarren o la gobernación para retirar los promontorios de escombros dejados por el segundo de esos organismos cuando realizó un operativo de limpieza.
Ambos coincidieron en la necesidad de que eso se haga cuanto antes para que no ocurra un desastre cuando llueva fuertemente pues temen que toda la urbanización se inunde.
Además, consideran necesario construir desagües en el distribuidor de la avenida pues, como las aguas de lluvia no tienen por donde salir, lo hacen hacia la parte más baja, donde se encuentra la urbanización La Arboleda.
Esta exigencia la vienen haciendo desde hace tiempo, pero hasta ahora ningún organismo la ha atendido, lo que ha significado que, cuando llueve fuerte, las familias allí residenciadas no pueden dormir por temor a despertarse con sus apartamentos inundados, en especial los ubicados en las plantas bajas de los edificios.
Debido al aguacero de la madrugada del viernes, a todo lo largo de la avenida Herman Garmendia se formaron charcas de gran tamaño, e incluso, la laguna del colegio Río Claro llegaba hasta la arteria vial, afortunadamente sin consecuencias que lamentar.
