El presidente de Kenia prendió fuego el sábado a enormes montañas de marfil, en una acción dramática que busca ilustrar la lucha de este país contra el tráfico ilegal del producto y a favor de la protección de animales.
El mandatario Uhuru Kenyatta le prendió fuego a la mayor de 11 montañas en el Parque Nacional de Nairobi, en una tarde fría y tras torrenciales aguaceros que casi obligaron a cancelar el evento.
«Ha llegado la hora de tomar una posición clara: Kenia está enviando el mensaje de que para nosotros, el único marfil que vale es el que tienen nuestros elefantes», dijo Kenyatta.
Las montañas de marfil provinieron de unos 8.000 elefantes y 343 rinocerontes sacrificados para vender sus cuernos y colmillos, según el Servicio de Vida Silvestre de Kenia.
El país propondrá una prohibición total del tráfico de marfil en la próxima Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora, que tendrá lugar este año en Sudáfrica, dijo Kenyatta.
Las hogueras se prendieron con unos 20.000 litros de combustible y oxígeno, dijo Robin Hollister, organizador del evento. Explicó que no se sabe cuánto tiempo arderán las llamas ya que nunca antes había ocurrido una quema de tal envergadura.
Kenia decidió destruir el marfil en vez de venderlo, lo que podría haberle ganado unos 150 millones de dólares. Algunos líderes habían sugerido vender el producto y usar el dinero para proyectos de desarrollo y de protección de animales. Pero Kenyatta explicó que quería dejar en claro que el marfil no debería tener valor comercial alguno.
Otros críticos manifestaron que la quema no pondrá fin a la matanza de elefantes pues bandas criminales se aprovechan de la falta de vigilancia en las fronteras de Kenia para practicar la cacería furtiva.