Los tiempos difíciles suelen agobiar a más de uno y actualmente es una situación que se vive en el país de manera cotidiana debido a los distintos problemas que día a día se deben afrontar; sin embargo siempre hay personas dispuestas a dar una palabra de aliento y con la mejor disposición de hacerle saber al resto que sí es posible salir adelante a pesar de las adversidades.
Esto fue lo que se generó el ayer en el auditorio Ambrosio Oropeza de la UCLA, con el encuentro motivacional “Una Esperanza para Venezuela”, en el cual Auri Flores de Finizola, encargada de la comisión central de ética y valores de dicha casa de estudio, en encargó de reunir a diferentes ponentes, que independientemente de sus pensamientos, coincidieron para brindarle al público un respiro de todo lo malo y ampliar su espectro a cosas positivas que se pueden generar.
Joel Rodríguez inició el ciclo de ponencias con el tema “motivos para ser optimista”, el mismo se encargó de mostrar que al final del túnel siempre habrá una luz, por lo que el hecho de enfocarse solamente en lo negativo no generará nada bueno. Como una experiencia enriquecedora catalogó su participación en el evento, siendo no solo vocero, sino también tomando un poco del público.
“Hay que sembrar la esperanza en el corazón de los venezolanos. La crisis puede despertar el optimismo”, expresó el pastor Billy Quintanilla durante su intervención. Insistió en la necesidad de trasmitir la fortaleza y la confianza de que se puede resurgir. “Toda esta situación que hoy nos toca vivir el día de mañana será una gran lección”, aseguró Quintanilla.
El presbítero Genaro Pérez (Chulalo), también estuvo presente en la actividad exponiendo la importancia de la juventud en los tiempos de crisis. Destacó que estos siempre han tenido un papel protagónico, el cual se ha mantenido a lo largo del tiempo y consideró que es importante que siga siendo así.“La excelencia en tiempos de crisis” fue otro tema importante, expuesto por Bartolomé Finizola. El mismo explicó que para lograr esto es necesario dejar el conformismo a un lado. Denominó como “síndrome del Tepuy” al hecho de no llegar a completar la autorrealización por el acostumbramiento que se tiene. De igual manera buscó “medicar” contra tal patología, siendo el principal ataque “una inyección de propósito” para emprender, que sea mayor que el sufrimiento que se tiene para lograr generar esperanza.
El evento culminó con la participación del cantautor Jonathan Acosta, quien interpretó su tema “ánimo Venezuela” en compañía de pequeños músicos miembros de la banda Pandijazz. Acosta también envió su mensaje optimismo por el mejor futuro de Venezuela.